El Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM fue durante 84 años el Tribunal de la Santa Inquisición en la Nueva España, institución que procesó a más de mil 500 personas acusadas de atentar en contra de la fe católica.

El edificio, construido de 1732 a 1736 por el arquitecto Pedro de Arrieta, tuvo entre sus prisioneros a personajes como Fray Servando Teresa de Mier y José María Morelos y Pavón, defensores de la causa independentista.

En 1820 quedó abolido el Santo Oficio en España y sus colonias. Así, el 10 de junio de ese año fue el último día que el Palacio albergó torturas e injusticias para, años más tarde, convertirse en recinto de conocimiento: La Escuela Nacional de Medicina (ENM). Pero… ¿cómo fue el último día de la Inquisición?

Alrededor de 70 hombres con dos cañones, encabezados por el capitán Pedro Llop, cruzaron el Zócalo y llegaron al Palacio. Ahí, el notario Ignacio Negreiros leyó la orden de clausura y la pegó en la entrada. Acto seguido, el capitán entró con sus hombres al grito de “¡Bala con ellos!”.

Al escucharlo, los inquisidores, que se encontraban en una sesión, escaparon a la azotea, por una escalera de caracol. En tanto, el capitán Llop pidió al celador que abriera los calabozos del Patio de los Naranjos.

Un anciano demacrado y desnudo, atado por más de 30 años a una cruz de madera, fue tan solo una de las 39 personas rescatadas de la penumbra de las cárceles.

“¿Qué es lo que va a suceder ahora con nosotros?”, preguntaban, temerosos de que fueran a ser enviados al quemadero de la Alameda, donde se ejecutaba con coroza (un sombrero cónico), a quienes se negaban a arrepentirse de forma pública en el auto de fe.

“Nada, están en libertad. Se ha jurado la Constitución [de Cádiz] y en virtud de eso se acabó este maldito Tribunal”, les contestó el capitán.

Los recién excarcelados fueron llevados ante el virrey don Juan Ruiz de Apodaca, quien les obsequió unas monedas. Tras largos años de encierro, se habían quedado sin nada ni nadie, por lo que, saliendo de la casa del virrey, se quedaron varados sin saber a dónde ir.

El edificio conocido como “la esquina chata” no tuvo ningún uso por varios años. En 1838, fue subastado sin éxito por las historias turbias que evocaba y, posteriormente, fue sede temporal del Arzobispado de la ciudad, edificio de la Lotería Nacional, una escuela primaria y un cuartel.

En 1854 se convirtió en la ENM, que 102 años más tarde se trasladó a Ciudad Universitaria, donde, tras la aprobación de los cursos de posgrado (1960) se convirtió en la Facultad de Medicina (FM).

En tanto, el antiguo Palacio de la Inquisición fue remodelado y el 22 de diciembre de 1980 se inauguró como el Museo de la Medicina Mexicana. Actualmente, también es sede del Departamento de Historia y Filosofía de la FM y alberga la Biblioteca “Doctor Nicolás León”.

El relato del último día de la Inquisición en la Nueva España está incluido en el compendio Bibliografía Mexicana del Siglo XVI, de Joaquín Icazbalceta. Fue contado por el doctor Manuel Tell, de entonces 17 años, quien junto con su padre, amigo del capitán Llop, fue testigo de lo sucedido aquel día histórico.

Mariana Montiel