Recientemente el Museo de la Medicina Mexicana, ubicado dentro del Palacio de la Escuela de Medicina, cumplió 37 años de estar abierto al público. Fue el 22 de diciembre de 1980 que se inauguraron las primeras siete salas que contemplaban la historia del “arte de la vida” en nuestro país.

México fue el lugar en donde se fusionó la Medicina de América con la de Europa, donde se editaron los primeros libros médicos en el continente y el país que cuenta con la más extensa historia de la Medicina en América Latina. Por éstas y otras razones, éste es el museo del Centro Histórico más visitado, con un afluente de 370 mil visitantes al año.

Sobre 3 mil metros cuadrados, el Museo contempla una cronología histórica y temática de la Medicina que va desde los usos terapéuticos de las plantas en la época prehispánica hasta el desarrollo de las especialidades como la cirugía reconstructiva.

Entre las salas podemos encontrar:

La Botica:  El antecedente de las farmacias. Este espacio fue acondicionado para recrear la botica que fundó el doctor Manuel Esesarte, en Oaxaca, en 1885. En sus estantes se muestran los utensilios que eran utilizados por los farmacéuticos, tales como morteros y albarelos con los nombres de las sustancias que mezclaban.

Sala de Herbolaria: Los curanderos prehispánicos eran sabedores de la capacidad curativa de las plantas que crecían en la región, como se describe en el códice De la Cruz-Badiano. En esta sala se muestran 40 ejemplares de las 227 ilustradas en el códice y se explican sus usos.

Sala de Ceras: En el siglo XIX, sólo los cirujanos practicaban la disección en cuerpos humanos, por lo que los estudiantes lo hacían en modelos de cera. Este espacio reúne la colección de figuras anatómicas que en 1873 el entonces director de la Escuela Nacional de Medicina (ENM), el doctor Leopoldo Río de la Loza, encargó al artista francés Raymond Vasseur Tramond para mostrar enfermedades y lesiones dermatológicas.

Sala de Embriología: De manera secuencial, ejemplares de embriones y fetos muestran el crecimiento del cuerpo humano, semana con semana, en el vientre materno. El Departamento de Embriología de la Facultad de Medicina (FM) colabora estrechamente con la actualización de contenidos y el oportuno tratamiento de los cuerpos.

Salas de Anatomía de los siglos XIX y XX: La colección de cera adquirida por el doctor Río de la Loza también incluía modelos de cráneos, brazos, torsos, piernas y cortes sagitales de rostro. En la sala contigua, dedicada al estudio de la Anatomía en el siglo XX, se encuentra un cadáver femenino disecado con técnica carbowax, así como otros órganos humanos, tratados en la FM.

Nace el Museo

En 1976, el doctor Guillermo Soberón Acevedo, rector de la UNAM, manifestó la necesidad de transformar el edificio que albergó a la ENM en el “Museo Histórico de la Medicina Mexicana”, sin embargo, no fue sino hasta 1979 que especialistas, convocados para crear el Centro de Investigación de Servicios Museológicos en la Universidad, ponen en marcha el proyecto, recordó el maestro Omar Arroyo Arriaga, director del Museo.

Al principio, la colección contaba con 5 mil piezas entre el instrumental médico, los modelos anatómicos y los especímenes humanos que se utilizaban para la enseñanza. Sin embargo, predominaban las imágenes. Con el tiempo, y una gran labor curatorial, de la cual el maestro Arroyo Arriaga ha sido parte fundamental, el Museo se ha ido transformando para brindar una experiencia única a sus visitantes.

Adelantó que actualmente se están desarrollando nuevas salas como la de Cardiología, la de los Premios Nobel de Medicina, y otra más que enriquecerá el periodo entre los siglos XIX y XX.

“El conocimiento del ser es muy importante para todos. Conocer y mantener sano ese templo, que es nuestro cuerpo, tanto física como mentalmente, es crucial. Este Museo es un libro abierto tanto para los especialistas como para el público en general”, afirmó.

Mariana Montiel