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Conocer el pasado de nuestra especie, marcará la diferencia en la creación de fármacos en el futuro, afirmó el doctor Rolando González José, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, durante la presentación de su proyecto “Convergencia evolutiva en humanos y neandertales: simulación del flujo respiratorio”.
En el Aula Magna de la Licenciatura en Ciencia Forense, argumentó que ahora se sabe de la existencia de padecimientos que atacan a ciertas poblaciones, dependiendo de su diversidad ancestral, lo cual también permitiría en un futuro que cada individuo conozca de qué enfermedades tiene que protegerse.
“Hoy sabemos que si una mujer tiene ancestría nativoamericana, hay dos o tres genes que son protectores contra el cáncer de mama. Y esto es importante porque saber de la base mestiza en cada región nos permite comprender la dinámica de las enfermedades, que no se distribuyen de manera uniforme en el territorio, sino que tienen grandes variaciones dependiendo de la población”, dijo el investigador.
El también director del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas explicó que, al igual que lo hace su equipo de investigadores, todos los países de Latinoamérica tendrían que darse a la tarea de realizar su propio acervo genético y cultural, porque todos esos datos darían respuesta a las razones de los males que prevalecen en nuestra sociedad y aportarían al desarrollo de la Medicina Clínica.
“Suena utópico, pero la Medicina del futuro implicará tener un conocimiento de tu ancestría genética y a posteriori identificar el fármaco correspondiente para cada perfil de paciente. Pero para que eso suceda en la práctica, los países latinos, o en desarrollo, tienen que hacer sus investigaciones”, acotó.
En esta línea, el especialista explicó que su proyecto acerca del flujo respiratorio, aporta a la Biología Biomédica, al simular el comportamiento de nuestros ancestros neandertales ante climas hostiles. “Hablamos de cómo funcionan y se desarrollan los rasgos nasales con el tiempo. Lo que hicimos fue básicamente simular los tejidos blandos que están dentro del tracto nasal óseo, es decir la mucosa y el cartílago, para ver su actuar ante ventiladores que creaban condiciones muy frías o secas”.
La aplicabilidad en la Medicina actual radica en que esta simulación de los tejidos nasales desde nuestros ancestros neandertales, se puede llevar a la práctica en “una intervención quirúrgica de una persona con una malformación o que sufrió un accidente que le deformó el tracto interno nasal y, en vez de ir a la operación directamente, podemos observar primero, a través de computadoras, cómo avanza el aire antes y después de una operación simulada. Así los médicos podrán saber qué ocurre si quitan un milímetro más de tejido”.
Finalmente, el doctor González José aclaró que su trabajo está expuesto a una serie de cambios, ya que con el paso del tiempo pueden hallarse fósiles más completos que alteren los resultados, pero también argumentó que se marca una pauta para comprender cuál fue la capacidad de adaptación de nuestro mestizaje y en qué tipo de condiciones sobrevivió en el pasado.

Samuel Aguirre