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Mauricio Múnera Gómez, quien busca su grado de doctor en Ciencias Humanas y Sociales por la Universidad Nacional de Colombia, realizó un proyecto relacionado con las prácticas para el cuidado de la vida en el contexto de la medicina tradicional, entendida ésta como una configuración de carácter sociocultural, que articula representaciones, saberes, creencias, técnicas, usos y significaciones alrededor del cuerpo, la enfermedad, la salud, el espíritu y la codependencia, entre diferentes formas de vida.

Su investigación fue desarrollada en el norte de Antioquia, Colombia, donde encontró a artesanos del lugar, que se hacen llamar “servidores” y realizan diferentes prácticas, como son la heliocromoterapia, que se fundamenta en el reconocimiento de tres instancias transmisoras de energía: el sol, el color y el agua, entre los cuales se da una interacción y cuya sinergia deviene en un proceso terapéutico, y la herbolaria, relacionada con el cultivo y el uso de hierbas, plantas y productos naturales, de carácter medicinal, que se destinan para el restablecimiento de funciones del cuerpo, la atención de dolencias y padecimientos, así como la armonización de espacios.

También, la animería, relacionada con las dimensiones espirituales y emocionales de los seres humanos; la partería, que reivindica el significado y la importancia de las mujeres como guardianes de la existencia humana, pues les otorga total protagonismo en los procesos de construcción comunitaria; la Imposición de manos, donde se hace un reconocimiento a Jesús, de la religión católica, y a su obra sanadora; el sobanderismo, especialidad de la medicina tradicional, que se enfatiza en el tratamiento de malestares y afectaciones en la estructura osteomuscular de los seres humanos (músculos, huesos, tendones, ligamentos), y la limpieza a través de la luz, la cual se fundamenta en la oración como una manera de establecer conexión con la fuerza superior de la cual proviene la curación.

“El concepto de prácticas para el cuidado de la vida nos permite salir del dualismo salud/enfermedad para comprender que estos dos procesos tienen relaciones de interdependencia. Del mismo modo, dentro de estas prácticas, la enfermedad es asumida como una ruta de aprendizaje, que trae consigo transformaciones en la vida de los sujetos”, señaló el ponente en el Seminario Permanente de Historia de la Medicina y la Salud Pública en América Latina, organizado por el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Al comentar el trabajo de Múnera Gómez, el doctor Roberto Campos Navarro, Profesor Titular “C” Definitivo de la FM, recordó que fue en 1971, cuando se dio un cambio paradigmático sobre lo que se pensaba de los curanderos, ya que, con la inclusión de China continental a la Organización de las Naciones Unidas, se abrieron nuevas prácticas al mundo, como la acupuntura.

“Además, se empezó a poner la etiqueta de ‘medicina tradicional china’, lo que propició que en los otros países también se comenzara a hablar de la propia e, incluso, los mismos curanderos se empezaron a llamar ‘médicos tradicionales’”, afirmó al recordar que en 1976 la Organización Mundial de la Salud estableció el término de medicina tradicional y para 1978, la Organización Panamericana de la Salud lo comenzó a utilizar.

Lili Wences