El síndrome de Down es un trastorno genético, en el cual existe una copia extra del cromosoma 21. Es la alteración cromosómica más frecuente en seres humanos y la principal causa de retraso mental, señaló la doctora Laura Gabriela Flores Peña, académica del Departamento de Embriología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Esta condición, que afecta a uno de cada 700 recién nacidos vivos, requiere de una estimulación temprana para tratar principalmente la hipotonía (disminución del tono muscular) y la hiperlaxitud articular (aumento exagerado de la movilidad de las articulaciones).

Aunque el ciclo de vida de una persona con síndrome de Down es muy parecido al de cualquier otra, su supervivencia depende de la ausencia de alteraciones como cardiopatías, leucemias o infecciones, que pueden reducir su esperanza de vida en un 40 por ciento.

“Lo más común es que padezcan una cardiopatía, pero también tienen riesgo de presentar problemas gastrointestinales o endócrinos, como hipotiroidismo, que puede mermar todavía más su desempeño”, alertó la especialista.

En ellos también son frecuentes los problemas de estrabismo, cataratas e hipoacusia, y tienen mayor riesgo de desarrollar leucemias y neoplasias. “Se calcula que tienen hasta 20 veces más riesgo que cualquier otro niño de su edad”. Asimismo, tienen hasta 12 veces más probabilidades de tener complicaciones de infecciones en vías respiratorias, porque su sistema inmunitario produce menos células T.

Por ello, destacó la importancia de tener un seguimiento adecuado por un pediatra y el respectivo especialista, si presenta alguna de las alteraciones mencionadas.

Respecto a su educación, la doctora Flores Peña aseguró que muchos de ellos pueden ir a escuelas tradicionales o particulares con un “profesor sombra”; aunque en un sistema menos rígido, como el Montessori, pueden desempeñarse mejor.

“Son personas que van a vivir cuidadas por alguien más, aunque tienen las facultades para hacer cosas de manera independiente. Si nosotros los rehabilitamos, ellos pueden hacer labores de autocuidado perfectamente bien. Son muy metódicos, siempre van a seguir el orden cuando son contratados en empresas socialmente responsables. Además, tienen un buen sentido del arte y se desempeñan muy bien en esta área”, concluyó la experta.

Mariana Montiel