La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que se caracteriza por afectar el movimiento, pero también tiene otros síntomas no motores, como trastornos del ánimo, del sueño, urinarios y cognitivos. En México, se calcula que aproximadamente la padecen entre 40 mil y 50 mil personas, aunque no existe una estadística real de cuántas son.

Tampoco se conocen con exactitud sus causas, aunque se ha planteado que es una combinación de factores ambientales y genéticos, pues el 10 por ciento de los casos están relacionados con este último factor, señaló el doctor Noel Isaías Plascencia Álvarez, Profesor Adjunto del Curso de Posgrado de Neurología en el Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Por lo anterior, no hay recomendaciones específicas para evitar la enfermedad, que se incrementa en sectores de 40 años en adelante, pero que también llega a suceder en personas menores y se conoce como Parkinson juvenil.

En general, el diagnóstico del Parkinson se basa en la exploración clínica e historia del paciente. “Entre los criterios clínicos están la rigidez y el temblor en reposo que pueden afectar sólo a una parte del cuerpo”, manifestó.

En el marco del Día Mundial del Parkinson, 11 de abril, recordó que el tratamiento integral, encaminado a mejorar la calidad de vida del paciente, se establece de acuerdo con los síntomas. Para los problemas motores, se busca fomentar la presencia de dopamina que afecta las estructuras que participan del movimiento.

“Tenemos medicamentos que ayudan a que la dopamina actúe en los receptores y otros que impiden que se destruya la dopamina a nivel cerebral. Lo que al final intentamos hacer es que haya más dopamina disponible o que los receptores de dopamina sean más estimulados para que haya menos síntomas motores de la enfermedad. Los medicamentos para tratar los síntomas motores de la enfermedad se llaman dopaminérgicos”, explicó el especialista en Neurología.

Además de los fármacos para síntomas motores y no motores, es importante la rehabilitación motora y cognitiva del paciente, que puede incluir diferentes ejercicios de coordinación. Asimismo, existe la posibilidad de una cirugía para cuando los medicamentos no funcionen de una forma adecuada.

Mariana Montiel