El efecto placebo es un resultado terapéutico generalmente asociado a la prescripción de sustancias farmacológicamente inertes, pero que el paciente cree que son activas para la enfermedad que padece; sin embargo, hay numerosos factores, como el trato, que pueden funcionar como placebo y que el médico puede emplear para favorecer los efectos terapéuticos buscados.

“La actitud, la calidad de la consulta y la confianza que el médico logra en su paciente, entre otros, influyen favorablemente en la respuesta buscada”, afirmó el doctor Gil Alfonso Magos Guerrero, jefe del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien indicó que un paciente puede sentir alivio por el hecho mismo de que el médico lo escuche y genere con su trato una expectativa positiva.

“Hay personas para quienes ir al consultorio ya es benéfico y sienten alivio con la presencia del médico, si perciben que éste se interesa por su persona, su salud y los trata con empatía, resiliencia y tolerancia, se genera una expectativa de mejoría, que pudiera traducirse en efectos placebos”, dijo el especialista.

Éstos se manifiestan cuando el paciente experimenta una modificación en sus síntomas, fisiológicamente demostrables. Los efectos placebos se inducen psicológicamente al prescribir una sustancia relativamente inerte, como pastillas de azúcar, vitaminas o agua destilada, o de algún medicamento o procedimiento no farmacológico sin actividad específica para la condición tratada.

El doctor Magos Guerrero reflexionó sobre las razones de prescribir un placebo y la utilidad que podría tener para determinados pacientes, pero, a la vez, explicó que no es ético hacerles creer que se trata de un medicamento que directamente los encamina a recuperar su salud.

“La pregunta es si puedes decirles que les estás recetando un placebo, y hacerlos conscientes del significado. Durante algún tiempo se hablaba de engaños, porque en teoría, el placebo no tiene propiedades para modificar la enfermedad, pero, actualmente se ha demostrado que si se le explica al paciente la realidad y la utilidad que tiene un placebo, también hay mejoría a pesar de que no existe sugestión”, acotó.

Los efectos nocebos

De la misma forma que existen los efectos positivos, también la administración de un placebo puede causar efectos negativos. Cuando ocurre esto se habla de efecto nocebo, el cual aparece en las personas que albergan expectativas negativas sobre los efectos de una terapia, de un medicamento o de un sistema de salud impersonal y con falta de empatía. El o los efectos nocebos pueden llegar a empeorar la enfermedad y dificultar la curación de los pacientes.

Los factores que provocan estos efectos negativos son múltiples, los cuales se pueden incrementar en aquellos estados mentales en donde los “pacientes presentan ansiedad, son hipocondriacos o se encuentran deprimidos, esto debido a que psicológicamente son más sensibles al trato y a todo procedimiento terapéutico”, detalló el especialista.

Así, se observa que se agravan los síntomas, por ejemplo el dolor, cuando los enfermos sienten el rechazo de los médicos o incluso cuando se les advierte de una expectativa mala de su salud. “A un paciente dile que puede tener reacciones adversas con los medicamentos prescritos y las sentirá; lo creen y se desencadena el efecto nocebo”, explicó.

Por último, el doctor Magos Guerrero advirtió que los efectos nocebos se incrementan cuando hay una inadecuada atención de las personas. Por tal motivo, los profesionales de la salud deben conocer los principios psicobiológicos que originan los efectos placebo y nocebo, e incorporarlos a su relación con el paciente para ejercer una Medicina más efectiva y humana, enmarcada en la ética de no mentir y el respeto a la integridad e inteligencia de los enfermos.

Lili Wences