Desde 1998, el primer martes de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma para fomentar el cuidado y hábitos saludables entre los pacientes, así como para alertar a la población acerca de los factores de riesgo del padecimiento. El evento, promovido por la OMS y la Iniciativa Global para el Asma, surgió tras celebrarse la Primera Reunión Mundial del Asma, en Barcelona, España.

En 1552, el médico Areteo de Capadocia describió el asma -del griego aazein, que significa jadear- como la enfermedad en la que el paciente produce sibilancias y sufre de tos seca y respiración ruidosa y agitada.

“Pero hay que ser muy cuidadosos antes de llamar a alguien asmático”, advirtió la doctora María Dolores Ochoa Vázquez, miembro del Subcomité Académico de Neumología de la Facultad de Medicina de la UNAM, tras señalar que por sus síntomas, el asma suele confundirse con padecimientos como la sensación de falta de aire (disnea), la rinosinusitis, el reflujo gastroesofágico con broncoaspiraciones y la hiperreactividad bronquial.

“El asma es la enfermedad que produce la inflamación y estrechamiento de los bronquios, desencadenada por alérgenos o circunstancias propias del individuo (asma intrínseca), la cual se caracteriza por ser reversible y presentar distintos grados de severidad”, añadió.

Factores hereditarios, así como el pelo de animales, polvo, polen, el frío, algunos alimentos o incluso el ejercicio logran desencadenarla.  “Se presenta a cualquier edad y no tiene una duración específica; en la etapa preescolar puede ser totalmente reversible si se atiende a tiempo, también hay asma del anciano”, indicó la especialista.

Los niveles de eosinófilos -glóbulos blancos activos en alergias- y de inmunoglobina E -anticuerpo que actúa contra los alérgenos- pueden determinar la presencia del asma. “Se puede diagnosticar mediante una espirometría, una biometría hemática, radiografías de tórax y estudios complementarios”.

La doctora Ochoa Vázquez dijo que otro indicador es la manera en que el paciente responde a los broncodilatadores de acción corta, como el salbutamol, en la espirometría. “Si responde de una manera positiva estamos ante un paciente con asma”.

En México, las instituciones de salud pública cuentan con alergólogos, neumólogos, broncodilatadores de acción corta y  larga, esteroides inhalados, inmunomoduladores y antihistamínicos para atender el padecimiento que, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 7 por ciento de la población nacional.

“No es lo mismo un paciente con asma intermitente o moderada, que uno con asma casi fatal, que requiera de atención en terapia intensiva”, dijo la experta al señalar que el costo del tratamiento va de los 300 a los 10 mil pesos mensuales, según la gravedad.

Personajes como Antonio Vivaldi, Ludwig van Beethoven, Charles Chaplin y Ernesto Che Guevara padecieron la enfermedad que, actualmente, se coloca entre las primeras 15 causas de muerte en nuestro país.

Valeria Cuatecatl