Aunque el cáncer de ovario (CO) no es el más frecuente, sí es el más letal de los cánceres ginecológicos debido a que no existen pruebas de tamizaje o de escrutinio que lo diagnostiquen en las etapas I o II, cuando es curable. Por ello, “es recomendable que las mujeres estén atentas a lo que sienten; si tienen inflamación y dolor pélvico o abdominal que aumenta y dura más de tres semanas, es tiempo de ir al médico”, alertó la doctora Carmen Méndez Herrera, académica del Departamento de Embriología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

“Hay que insistirle al médico que revise los ovarios, porque regularmente no lo toma en cuenta y confunde los síntomas con alteraciones digestivas, retrasando el diagnóstico a veces hasta un año, cuando el tumor ya se diseminó y es muy difícil su tratamiento, disminuyendo así la sobrevida de esa paciente”, indicó al aclarar que el Papanicolaou no detecta ese tipo de cáncer, sólo el de cérvix.

El CO se presenta principalmente en mujeres posmenopáusicas -la media de edad a nivel mundial es de 60 años y de 51 en México-, pues una vez que concluye la función reproductiva, el ovario cambia, los folículos y ovocitos son sustituidos por estroma y hay abundantes quistes de inclusión epitelial, los cuales pueden originar el carcinoma, siendo el más frecuente el de tipo epitelial que representa el 90 por ciento de los tumores que se originan en el ovario.

“Hay varias estirpes histológicas de tipo epitelial, siendo el de mayor frecuencia el papilar seroso de alto grado (más del 50 por ciento de los casos nacionales), después los endometroides, los mucinosos y los de células claras; los tumores mucinosos se cree que pueden originarse en el tracto digestivo, ya sea en el colon o el apéndice. También está el seroso de bajo grado, que está asociado con endometriosis atípica”, señaló.

En la mayoría de los tumores de ovario no se conoce una lesión precursora, a excepción del seroso de alto grado. “Las pacientes con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 tienen un mayor riesgo de tener cáncer de ovario de tipo familiar, por lo que se recomienda que se hagan una salpingectomía parcial bilateral (corte de la tuba uterina), para evitar o disminuir el riesgo de que células tumorales tubáricas pasen al ovario. Los estudios genéticos tienen un costo elevado, pues van de 50 mil a 70 mil pesos y en ocasiones éstos se tienen que hacer en otro país.

Síntomas y factores de riesgo

“Desgraciadamente no hay una estrategia de prevención para la población en general”, lamentó la doctora Méndez Herrera al manifestar que además de una inflamación pélvica persistente, las mujeres deben estar alertas en caso de que experimenten una sensación de saciedad temprana o de llenura aun sin haber tomado suficiente alimento, constipación, diarrea, dolor cuando tengan relaciones sexuales o sangrado transvaginal anormal fuera del periodo de menstruación o en etapa posmenopáusica.

“El diagnóstico oportuno de cáncer epitelial de ovario (CEO) es un reto porque no hay biomarcadores específicos. Lo más cercano a ello es hacer un ultrasonido transvaginal donde se pueden ver bien los límites del ovario y además acompañarlo de la prueba del CA 125, que es un antígeno general”, especificó.

Aunque CA 125 no es un marcador de diagnóstico, sí es un importante marcador de pronóstico. Una vez que a las mujeres se les ha hecho el tratamiento quirúrgico y se les ha dado la quimioterapia, se les puede dar seguimiento y confirmar que sus niveles de ese antígeno permanecen bajos o se elevan y eso permite saber cómo va la progresión del tumor.

Por otro lado, comentó que las mujeres nulíparas (que nunca tuvieron hijos) o que estuvieron expuestas a hormonas esteroides exógenas tienen un mayor riesgo de padecer CEO. Quienes tienen varios hijos tienen mayor factor de protección, pues al suspenderse el proceso ovulatorio en el embarazo el ovario tiene una menor exposición al rompimiento de la superficie y a las lesiones continuas que pueden generar un carcinoma.

Además, durante el periodo de gestación se registran altos niveles de progesterona. “Si se diagnosticara a la paciente algún tumor con receptor a esa hormona, puede tener un mejor pronóstico”, informó la especialista.

 Tratamiento, costos y morbimortalidad

Por su parte, la doctora Flavia Morales Vásquez, oncóloga médica del Instituto Nacional de Cancerología, informó que el tratamiento de CO regularmente incluye cirugía, con el máximo esfuerzo quirúrgico realizada por expertos, que puede durar más de ocho horas y requerir incluso: terapia intensiva y quimioterapia adyuvante, es decir después de la cirugía, por lo que su atención representa un gasto importante para la paciente o el sistema de salud. Una cirugía tan radical puede tener un costo promedio de 300 mil pesos, sin complicaciones y, aproximadamente de 70 mil pesos cada ciclo de quimioterapia, siendo actualmente proporcionados por las instituciones de salud o el Seguro Popular.

“En la recurrencia la enfermedad es más costosa, pues hay terapias de mantenimiento, donde las pacientes tienen que pagar 50 mil pesos al mes durante un año. Si requieren quimioterapia el precio puede llegar a 100 mil pesos”, precisó.

La experta indicó que el abordaje quirúrgico es lo que define el pronóstico. “Para que éste sea positivo, es necesario que el procedimiento lo realice un cirujano oncólogo experto en la patología, pues de lo contrario esa mujer necesitará una segunda cirugía, lo que disminuye su esperanza de vida.

“En general el primer tumor puede responder a quimioterapia, dependiendo de la estirpe histológica y de la etapa clínica en la cual se encuentra, pero si hay una recidiva (segundo tumor), es más difícil que responda al tratamiento. En el 70 por ciento de los casos, las pacientes recaen y son las recidivas las que pueden provocar su deceso”, alertó la experta tras recomendar a las pacientes cuidar su dieta, tomar abundantes líquidos, hacer ejercicio y que se monitoreen de manera periódica.

Finalmente, informó que una de cada 70 mujeres en el mundo tendrá CO, el cual es la cuarta causa de cáncer femenino, y sólo el 35 por ciento de los casos tiene una supervivencia de cinco años; mientras que en México ésta es del 25 por ciento, debido a que el diagnóstico es tardío, y cada año se reportan, en promedio, 2 mil 800 pacientes con la enfermedad.

El 8 de mayo de 2013 se celebró el primer Día Mundial del Cáncer de Ovario para concientizar a la población sobre la enfermedad y sus síntomas.

Lili Wences