Originaria de la Ciudad de México, la doctora Teresita Corona Vázquez no sólo es un referente nacional e internacional en la investigación clínica en neurociencias, como ejemplo, la esclerosis múltiple; sino también ha abierto el camino al género femenino en ámbitos donde sólo los hombres habían podido acceder. Así, fue la primera mujer en dirigir un instituto nacional de salud, es la primera vicepresidenta de la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) y en noviembre próximo se convertirá en su primera presidenta desde que se fundó en 1864.

Las neurociencias, su pasión

“Cuando era niña pensaba que, por el ejemplo que tenía de las mujeres que estaban a mi alrededor, me dedicaría a ser maestra y mamá. Mi padre fue pediatra, entonces también tenía cercana la profesión médica”, recuerda la doctora Teresita Corona.

Fue en la Escuela Nacional Preparatoria número 8 “Miguel E. Schulz” de la UNAM, donde surgió su inquietud por conocer más la conducta y al ser humano en su profundidad, lo que la llevó a estudiar el sistema nervioso.

En la Facultad de Medicina (FM) de la máxima casa de estudios conoció al doctor Joaquín Reyes Téllez-Girón, quien fue su maestro de Anatomía. “Sus clases sobre Neuroanatomía y cómo la enlazaba con síndromes clínicos fue fascinante. Me permitió ir al Hospital General de México ‘Doctor Eduardo Liceaga’, donde el doctor José Nava Segura y sus alumnos hacían exploraciones neurológicas los sábados; entonces quedé fascinada y no tuve duda desde el primer semestre que iba a dedicarme a la Neurología”, asegura.

Aunque sus primeras investigaciones fueron sobre neurocisticercosis, ha dedicado gran parte de su actividad científica a indagar sobre la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y otros padecimientos neurodegenerativos. Actualmente, es Investigadora en Ciencias Médicas «F» de los Institutos Nacionales de Salud, miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III, y dirige el Laboratorio Clínico de Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” (INNNMVS), donde ha conjuntado líneas de investigación y docencia tutorial.

Una gestión destacada

Mujer con liderazgo, desde muy joven, la doctora Teresita Corona inició su camino hacia la Dirección General del INNNMVS en 1992, cuando ingresó como médica adscrita; posteriormente ocupó la Subdirección de Enseñanza (1993-1997) y la Dirección de Enseñanza (1998-2007).

Estando en esta última se abrió la convocatoria para la Dirección General. “Tomé la decisión de postularme y competir con dos varones; fue una decisión fuerte, pero fui electa”, recuerda. “Fue una gestión que le dio al Instituto una gran proyección en varias áreas. Realizamos muchos programas y todo lo que planteé en el Programa de Trabajo se cumplió. Puedo decir que terminé muy satisfecha, con la sensación del deber cumplido”.

No obstante, fue una tarea complicada, sobre todo en su primer periodo (2007-2012), en el cual tuvo que hacer mucha labor para que la comunidad le confiriera la autoridad que se había ganado y pudieran trabajar en equipo.

“Yo no podría haber realizado un trabajo sin la participación en conjunto. Certificamos al Instituto ante el Consejo de Salubridad General en dos ocasiones, aumentamos los números de investigación, mejoramos las cifras de enseñanza, abrimos nuevos cursos, y hubo mayor infraestructura y diversidad”, afirma.

 Diversificarse para satisfacer todos los ámbitos

La doctora Teresita Corona es una mujer como todas las que tienen que salir a trabajar y dejar organizadas las actividades de la casa. “Tengo un compañero de vida extraordinario que me apoya y tiene una visión muy abierta, que ve igual a los hombres que a las mujeres y las impulsa cuando puede. No me encuentro con ningún obstáculo en ese sentido pero, por supuesto, como en todas las relaciones familiares, tenemos que negociar y dividir labores cotidianas.

“Tengo dos hijos extraordinarios, uno es médico y neurólogo; la niña está en edad escolar, así que aún asisto a los festivales del Día de las Madres. Hay que diversificarse y planear mucho para tener satisfacción en todos los ámbitos. Existen momentos en que te saturas y te preguntas qué quieres: ¿una familia, una carrera profesional, amistades o mantenerte en el ámbito de la cultura? Entonces hay que buscar los momentos y ser asertiva.

“Siempre les digo a las mujeres jóvenes que no sólo tienen que dedicarse a su desarrollo profesional, no tienen por qué dejar la reproducción o la formación de una familia, si es lo que quieren, también lo pueden hacer.

“Hay etapas de agotamiento que te obligan a hacer un alto, pero no por mucho tiempo porque si no la situación puede revertirse. Creo que lo he logrado y lo sigo haciendo. Puedo decir que tengo una vida personal muy grata, una familia y amistades con las que convivo con tiempo de calidad”.

Su próximo reto

Miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM y de instituciones de salud, la doctora Teresita Corona también ha sido profesora de pregrado y posgrado de la FM; pertenece a diversas sociedades nacionales e internacionales y ha sido recipiendaria de 44 reconocimientos, entre los que destaca la Condecoración “Eduardo Liceaga”, máximo reconocimiento que el Gobierno de la República entrega a un médico mexicano.

A partir de noviembre de este año tendrá una nueva responsabilidad como presidenta de la ANMM. “Es un honor. Tampoco fue fácil; las académicas representamos apenas el 17 por ciento, un número muy bajo con relación a la matrícula de universitarias, la cual ha aumentado de manera considerable, pero en cuanto más acceden a grados de especialización, la cifra se invierte, y aún más cuando hablamos de puestos de decisión”.

Fue secretaria Adjunta en 2002 y secretaria General en el periodo 2005-2006. “Sabía el movimiento de la Academia, conocía a los académicos, pero en ese momento no accedí a la Presidencia, por razones que tuvieron que ver posiblemente con mi género; sin embargo, esta vez hice una campaña muy sorpresiva, iniciando con el apoyo de mis compañeras académicas, pero también el de muchos expresidentes, colegas académicos de varias instituciones de salud de la Ciudad de México y del interior de la República. Tuve una campaña intensa pero agradable, porque me di cuenta que podía hacerlo.

“Ahora tendré un compromiso muy grande en la Presidencia. No sólo significa mi logro, sino también el de mis compañeras, de representación de género. Si lo veo así me da un mayor estímulo para mejorar esta situación”, asegura al tiempo de reconocer a las mujeres que intervienen en su vida, las que colaboran en su casa y en su labor profesional, porque gracias a su apoyo invaluable ha logrado sus objetivos.

“Los médicos en formación tienen que mirar al humanismo y ser cultos para hablar con los pacientes sobre su historia de vida. Les tocará tratar temas de los que deben tener una conciencia social enorme, como la interrupción del embarazo, la gestación, la eutanasia y los tratamientos paliativos”.

Lili Wences