La estimulación temprana es un conjunto de actividades sistematizadas, secuenciadas cronológicamente con base en las pautas del desarrollo biológico del niño.

“Cuando el cuidador primario brinda al bebé la calidez y los estímulos necesarios para su desarrollo psíquico, cognitivo y motor, no se requiere de un programa de estimulación temprana”, explicó José Luis Nava Ramírez, docente de la Escuela Nacional de Rehabilitación, durante el 3er Seminario de Temas Selectos de Fisioterapia, impartido en la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

No obstante, añadió que si el niño tiene deficiencias en su evolución, como no sentarse o caminar a determinada edad, “hablamos de un retraso psicomotor, en el que las pautas del desarrollo se modifican, por lo que los profesionales (psicólogos, pedagogos, médicos, fisioterapeutas) deben intervenir para regular esa cronología”.

El experto señaló que, de no atenderse el desfase, el paciente puede desarrollar tics, inhibición psicomotora, dificultades para socializar e independizarse. “Cuando un infante evoluciona en lo psíquico y se empobrece en lo motor, hay probabilidades de que se convierta en psicópata o sociópata”, reiteró tras concluir que el juego estimula a los pequeños de forma natural.

Al final del Seminario, la doctora Laura Peñaloza Ochoa, coordinadora de la Licenciatura en Fisioterapia de la FM, hizo un llamado para que el equipo de salud trabaje en conjunto, a fin de que los infantes que presentan alteraciones motoras a causa de diversos padecimientos tengan un desarrollo psicomotor lo más funcional posible.

Valeria Cuatecatl