“El consumo de sustancias tóxicas comienza de manera experimental, posteriormente puede convertirse  en recreativo, habitual, compulsivo y finalmente en una adicción”, explicó el doctor Juan Pablo de la Fuente Stevens, encargado de la Clínica de Atención Integral para las Adicciones(CLIA), de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

«La adicción está relacionada con la frecuencia, cantidad de consumo y consecuencias desencadenadas por el uso de sustancias toxicas», añadió.

Éstas se clasifican en legales e ilegales; no obstante, también pueden segmentarse a partir de suefecto farmacológico en: estimulantes, por ejemplo la nicotina y la cocaína; depresoras, como el alcohol; psicodélicas, en el caso de la marihuana, y opiáceos, como la heroína.

“Su uso varía de acuerdo al contexto económico, social y cultural del individuo”, agregó la doctora Silvia Ortiz León, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la FM tras reiterar que el consumo de sustancias nocivas está relacionado, principalmente, con problemas de autoestima, familiares y escolares, así como con la idea de que no conlleva repercusiones de gravedad.

«Caras vemos, neuronas no sabemos», dijo la experta al concluir que el tema debe abordarse de manera individual. “Es probable que a una persona la marihuana le dañe los tejidos de las vías respiratorias, mientras que otra sufra de problemas de memoria”, puntualizó.

Desde marzo, mediante una intervención psicoterapéutica, la CLIA ha favorecido la detección y atención del consumo de sustancias entre jóvenes de 12 y 30 años, pertenecientes a la comunidad universitaria.

Valeria Cuatecatl