Alery Platas Villa se convirtió en la primera persona en obtener su título de forma virtual al defender con éxito su tesis de maestría “Génesis de la axiología: Perspectiva desde las neurociencias”, correspondiente al campo de conocimiento de Humanidades en Salud, dentro del campo disciplinario de Bioética del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud (PMDCMOS) de la UNAM.

Después de concluir la Licenciatura en Derecho y la Licenciatura en Medicina en la Universidad Veracruzana, la oriunda de Xalapa encontró en la UNAM el espacio académico que le permitió conjuntar el conocimiento adquirido en ambas licenciaturas y borrar las fronteras epistémicas mediante una maestría en Bioética.

El pasado 22 de septiembre obtuvo el grado a través de una videoconferencia donde defendió su tesis ante el sínodo conformado por los doctores Carlos Viesca, Armando Torres, Francisco Pellicer, Aleithia Manzanarez y Jennifer Hincapie (coordinadora del área de Bioética del PMDCMOS). Para Alery, dicha modalidad representó una experiencia diferente, pero no por ello negativa, pues está consciente de que son medidas necesarias por los tiempos que estamos enfrentando: “La virtualidad es un concepto emergente, que, si bien borra distancias y permite la comunicación, también visibiliza un debate bioético sobre el impacto de la tecnología, su acceso y dinámica social en nuestra cotidianidad. La Bioética está tan presente en nuestras vidas, que incluso en la misma graduación se permitió ser espacio de reflexión”, resaltó.

A lo largo de su trabajo de tesis desglosa la propuesta de un cerebro axiológico, de naturaleza dual; por una parte, considera la existencia de una matriz neurobiológica que permite distinguir lo que es valioso y lo que no es, sin dejar de lado la intervención de un constructo social. Esta dualidad evita el riesgo del determinismo y neuroreduccionismo. Si bien dicha hipótesis emerge directamente del espacio multidisciplinar, transdisciplinar e interdisciplinar de la Bióetica, es en la neuroética donde se conceptualiza.

Alery considera que el valor de su estudio recae en la necesidad de considerar un cerebro axiológico no sólo desde la perspectiva de la neurociencia, sino también de las ciencias jurídicas, y siendo así, se consideraría que “las neurociencias pueden sostener conclusiones normativas. En el caso del valor, éste es determinado por el sujeto mediante su matrix neural ambientada en el contexto inmediato, y permite el ejercicio reflexivo de ponderación axiológica. La ponderación de valores, en una comunidad, permite llegar a mínimos comunes, que, dentro de sociedades con acuerdos jurídicos, se traducen en normas”.

Asimismo, vincula lo anterior con derechos humanos, ya que, en esta visión, los principios donde se fundan pueden ser considerados en la dimensión neurobiológica, razón por la cual agradece el apoyo que le brindó su tutor principal, el doctor Víctor Manuel Martínez Bullé Goyri, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

El proceso de elaboración ameritó esfuerzo y sacrificio durante casi año y medio debido al reto que significó consolidar los conocimientos de las diversas ramas, así como el de ser capaz de plasmarle un sello personal a lo que se quiere demostrar en la producción académica. “Es estar constantemente preguntándote por qué y para qué”, explicó la ahora maestra.

Las metas no concluyen aquí para Alery, quien está decidida a continuar su doctorado bajo la misma línea de investigación, sólo que esta vez con un enfoque total de derechos humanos que permita reconceptualizar la justicia dentro de este cerebro axiológico.

Al preguntarle sobre sus planes, reflexionó: “como estudiante del PMDCMOS tuve una formación a nivel profesional que me comprometió a transmitir la importancia de la Bioética, como espacio para el diálogo de las sociedades diversificadas y construir puentes de tolerancia, todo mediante el conocimiento bioético; y ése es el fin que busco, que más personas se sientan atraídas por estos espacios, que se acerquen al posgrado, se llevarán una grata sorpresa”, finalizó.

Guillermo Navarro