Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, conocido como Sandro Botticelli, fue un pintor del Renacimiento nacido en Florencia en 1445 y formó parte de la corriente poética de finales del siglo XV. Se sabe que fue discípulo de Fra Filippo Lippi, que trabajó con el pintor Antonio Pollaiuolo y que recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio.

En la pintura La adoración de los magos se aprecia la técnica al temple, con la que pintaba Botticelli. Además, se observa el empleo de la perspectiva y del manejo espacial y, según el biógrafo Giorgio Vasari, también hay un autorretrato.

Su formación se manifestó en sus primeras obras, donde exalta los valores del humanismo y el naturalismo, y muestra una copia de la realidad visual, que era uno de los objetivos primordiales del Renacimiento para destacar la cualidad narrativa del arte, detalló la maestra Nuria Galland Camacho, coordinadora de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM.

No obstante, una vez que Botticelli entró en contacto con la Academia Neoplatónica (fundada en Florencia por Cosimo de Medici a mediados del siglo XV para el estudio de los recién descubiertos escritos de Platón), cambió radicalmente su manera de pintar: abandonó el empleo de la perspectiva y del punto de fuga, y renunció a representar la figura humana basada en una observación directa y, en su lugar, pintó las figuras más estilizadas y ligeras, pues consideraba que copiar la realidad visual del mundo terrenal sería una falsedad.

“Por eso se cree que Botticelli fue uno de los pocos pintores que renuncia a la realidad visual y que se dedica más a la pintura poética, ya que parece que las figuras están flotando y no corresponde la proporción anatómica a una realidad inmediata o a la copia de un modelo natural”, indicó la especialista en el Curso-taller de Historia del Arte, trasmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En su obra más famosa, El nacimiento de Venus, llama la atención el cuerpo: “Se observa que no tiene las proporciones anatómicas correspondientes y que está fuertemente influenciado por la idea de que el cuerpo femenino se representa basándose en un modelo masculino, y se introducen elementos y atributos del cuerpo femenino como lo sería el pecho”, señaló la maestra Galland.

Asimismo, es uno de los pocos pintores del Renacimiento que representó temas mitológicos, los cuales serían mucho más frecuentes en el Barroco, el cual se puede apreciar en la obra Palas y el Centauro.

Otra serie muy importante es Nastagio degli Onesti, en la cual denota gran naturalidad y el uso de la literatura en el arte, ésta es una serie pictórica que narra la historia que aparece en el Decamerón de Boccaccio.

Janet Aguilar