El doctor Luis Alfredo Ponce de León Garduño, jefe del Departamento de Infectología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, destacó la importancia del conocimiento de los mecanismos moleculares de daño del virus SARS-CoV-2 para reconocer los posibles blancos terapéuticos para hacer frente a la COVID-19, destacando que los componentes virales S1 de fijación y S2 de fusión representan las partes más importantes, ya que en conjunto forman el motivo mediante el cual el virus se une al receptor celular ACE-2, por el que tiene una importante predilección y, en términos de tratamiento, al fusionarse con este receptor, la espiga viral puede ser bloqueada por ciertos fármacos.

En el Seminario de Investigación del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirmó que “el estrés celular inducido por SARS-CoV-2 sobre los neumocitos tipo 2 es uno de los mecanismos principales de daño al organismo en COVID-19. Este virus toma toda la manufactura proteica para su replicación, lo que genera apoptosis; además, el RNA actúa como un patrón molecular asociado a patógeno y es reconocido por receptores parecidos al Toll, pero también es reconocido por Nod. Esto influye en la activación de otros receptores y de la producción de citosinas que promueven una mayor proliferación intracelular de citosinas con una alta tasa de activación y liberación de neutrófilos”.

Sobre los tratamientos disponibles al momento, el investigador señaló que a pesar de que los sueros convalecientes con alta afinidad por el receptor ACE-2 y TMPRSS2 y titulaciones elevadas mayores a 1:640, pueden neutralizar la enfermedad; en la mayoría de los estudios hechos en México y Estados Unidos es raro que se logre una alta titulación de anticuerpos, sin embargo, destacó que se están realizando estudios para abordar otros blancos terapéuticos.

“La proteinasa 3CLpro y la proteasa similar a la papaína (PLpro) son proteínas esenciales muy importantes en la manera en la que se ensambla el virus y son dos blancos terapéuticos que se van a empezar a ensayar en Estados Unidos y México, ya que permitirán un tratamiento aditivo al de la inhibición de la RNA polimerasa dependiente de RdRp, que es un blanco terapéutico muy importante en la actualidad”, apuntó el doctor Ponce de León.

Sobre las formas de descubrir nuevos tratamientos potenciales para infecciones emergentes y COVID-19, el experto recalcó tres tipos: los ensayos antivirales de espectro amplio, el cribado de compuestos ya conocidos a través de grandes bases de datos y el redireccionamiento de fármacos entendiendo las propiedades del coronavirus.

El investigador destacó que en la actualidad es necesario encontrar un antiviral que permita manejar casos externos y concluyó que el remdesivir es el antiviral que más se ha estudiado en COVID-19, el cual tiene el antecedente de haber mejorado la mortalidad en ébola y en algunos casos de MERS: “Este fármaco es un nucleósido inhibidor de la polimerasa del RNA y desde el 25 de enero hasta el 7 de marzo se hizo un programa abierto de uso compasivo en COVID-19 grave, donde se vio que el tratamiento de cinco días era igual de eficaz que el de 10 días, siempre y cuando tuvieran menos de cuatro días de inicio de síntomas”, señaló.

Victor Rubio