La simulación clínica ha sido una metodología de enseñanza-aprendizaje que ha crecido y desarrollado en relación con los avances tecnológicos y científicos disponibles a lo largo del mundo. La educación basada en simulación nace de la necesidad de formar al profesional de la salud desde el pregrado hasta la especialización, tanto en habilidades técnicas como no técnicas, inmerso en un ambiente controlado que promete incrementar la seguridad del paciente antes, durante y después del contacto con el mismo.(1)

La adquisición de competencias se realiza de manera progresiva, supervisada y, de manera ideal, compaginada con la práctica en paciente real posterior a la adquisición de habilidades por simulación; además, utiliza una serie de recursos didácticos que van de la adquisición de técnicas de estudio hasta la discusión de casos clínicos estructurados para fomentar razonamiento y toma de decisiones.(2)

El aprendizaje en medicina entendido de esta manera supone la familiaridad con diversas teorías educativas. Kolb postula que el adulto logra trasladar sucesos o experiencias relevantes a conceptos que posteriormente utilizará para generar nueva experiencia en un continuo cíclico.(3) Schön describe la práctica reflexiva, disciplina que permite al individuo analizar todo el conocimiento e ideologías que influyen en su desempeño profesional.(4) Éstas y otras se conjuntan para que el docente logre adaptarse a las diversas formas de aprendizaje de los participantes involucrados en los equipos que viven la simulación clínica, mediante la promoción de la reflexión y la realimentación efectiva.(5)

El éxito de esta metodología se basa en la motivación intrínseca del estudiante, pero en gran medida dependerá del facilitador, instructor o educador que funge como conductor de la actividad, traduciendo esto a un rol plenamente activo, para el cual requerirá movilizar conocimientos clave en los ámbitos educacional, disciplinar y el relacionado con la simulación a desarrollar.(6)

Desarrollo profesional continuo

El desarrollo profesional y aprendizaje permanente de los médicos se considera en un modelo más amplio llamado Desarrollo Profesional Continuo (DPC), el cual es un proceso continuo que aborda diversas actividades educativas y de desarrollo de competencias que los médicos realizan con la finalidad de mantener y mejorar sus conocimientos, habilidades, desempeño y relaciones en la atención médica de los pacientes. El objetivo del DPC es mejorar la calidad en la atención del paciente y los resultados de salud de la población, consta de un conjunto de elementos que incluyen el aprendizaje autodirigido, la educación médica basada
en competencias, el desarrollo profesional para mantener una certificación y la educación basada en equipo, descritos a continuación.
(7),(8)

Aprendizaje autodirigido.

Consiste en un conjunto de habilidades que se pueden enseñar, aprender y adquirir; es una parte esencial del proceso del DPC, ya que permite a los médicos mantenerse con conocimientos actualizados. En psicología, el aprendizaje autodirigido es concebido como un ciclo complejo que comprende elementos entrelazados como las características psicológicas (autoeficacia, motivación, creencias y estilo de aprendizaje), elecciones personales (esfuerzo realizado, estrategias de aprendizaje), juicios (autoevaluación, atribuciones) y acciones personales.

Educación médica basada en competencias

Definida como un enfoque basado en resultados para el diseño, implementación, evaluación y evaluación de programas de educación médica, utilizando un marco organizativo de competencias. La educación médica basada en competencias se actualiza constantemente para medir la cantidad de tiempo que un alumno pasa en un dominio o área clínica específica y garantizar que todos los egresados progresen con éxito hacia la demostración de competencia en todos los dominios esenciales.(8)

Las estrategias que apoyan la participación de los médicos en la DPC se han basado tradicionalmente en la capacidad de los médicos para autoevaluar sus necesidades, a pesar de la evidencia de la investigación de que la autoevaluación no guiada es inexacta.(8)

Desarrollo profesional para mantener una certificación

La competencia del médico incluye la práctica de la medicina centrada en el paciente, en la atención basada en el equipo, en los sistemas y mejorar el desempeño y los resultados del sistema de atención médica, mejorar la seguridad del paciente y funcionar como un administrador de los recursos de atención médica mediante la práctica de una atención rentable y de alto valor. Los profesionales deben tener las competencias de importancia para la sociedad, la cual otorga autonomía a los profesionales para determinar los estándares educativos, autoevaluarse y autorregularse, y a la vez los profesionales se comprometen a utilizar sus conocimientos y habilidades especiales para el bien de la sociedad y colocar las necesidades sociales sobre el interés personal.(7)

Educación basada en equipo

Se define como una actividad realizada después de la calificación inicial cuando los miembros de dos o más profesiones de salud y/o atención social aprenden entre sí para mejorar la colaboración y la calidad de la atención, de tal modo que se hace referencia a los equipos interprofesionales e intraprofesionales, de diferentes o iguales profesiones, respectivamente.(7)

Conclusión

La educación basada en simulación favorece la formación de los profesionales de la salud, en el pregrado, posgrado y desarrollo profesional continuo. El desarrollo profesional continuo tiene cuatro elementos clave actuales y futuros: aprendizaje autodirigido, la educación médica basada en competencias, desarrollo profesional para mantener una certificación y la educación basada en equipo. Los educadores en simulación clínica dedicados al desarrollo profesional continuo en el área de las ciencias de la salud deben tener una visión amplia sobre la formación y certificación de las competencias de pregrado y posgrado.

Alba Brenda Daniel Guerrero y Jessica Danae Ramírez Arias

Bibliografía:

  1. Green M, Tariq R, Green P. Improving patient safety through simulation training in anesthesiology: Where are we? Anesthesiol Res Pract. 2016; 2016: 4237523.
  2. Opazo-Morales EI, Rojo E, Maestre JM. Modalidades de formación de instructores en simulación clínica: el papel de una estancia o pasantía. Educación Médica. 2017; 18(1): 22-29.
  3. Kolb DA, Boyatzis RE, Mainemelis C. Experiential learning theory: previous research and new directions. Perspect Think Learn Cogn Styles. 2000; 1(216): 227-247.
  4. Schön DA. El profesional reflexivo: cómo piensan los profesionales cuando actúan. Barcelona: Paidós Ibérica; 1998.
  5. Maestre JM, Sistac-Ballarín JM, González A, Luis JC, Sáez Fernández A. La simulación clínica y nuestra nueva realidad. La necesidad de aunar esfuerzos. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2012; 59: 233-4.
  6. Leal-Costa C, Juguera-Rodríguez L, Pardo-Ríos M, Martin-Robles MR, Díaz-Agea JL. Evaluación del curso de instructores en simulación clínica de la Universidad Católica de Murcia (UCAM). Revista Enfermería Docente 2015; enero-junio (103): 8-14.
  7. Swanwick T. Understanding Medical Education. The Association for the Study of Medical Education (ASME). Wiley-Blackwell. 2019.
  8. Sargeat J. Practicing Physicians’ Needs for Assessment and Feedback as Part of Professional Development. Journal of Continuing Education in the Health Professions. 2013; 33(1): S54–S62.