En 2008, Rubí Frayre, de 16 años, fue asesinada. Ante la falta de justicia por parte de las autoridades del estado de Chihuahua, su madre Marisela Escobedo emprendió una investigación personal y comprobó que Sergio Rafael Barraza, pareja sentimental de Rubí, era el homicida; sin embargo, y pese a tener su confesión, quedó libre. En 2010, Marisela fue asesinada afuera del Palacio de Gobierno, cuando se manifestaba exigiendo justicia.

Para que los estudiantes conocieran a detalle este hecho investigado y llevado a la pantalla a través del documental Las tres muertes de Marisela Escobedo, la Licenciatura en Ciencia Forense (LCF) organizó un conversatorio con Karla Casillas, jefa de investigación periodística del documental, y Alejandro Melgoza, reportero investigador.

En la bienvenida, la doctora Zoraida García Castillo, coordinadora de la LCF, agradeció la realización de esta actividad alrededor de ese documental que ha sido tan importante e impactante, no porque sea nueva la historia, sino porque concientiza: “Son hechos que nos están circundando de manera constante, que nos siguen sucediendo, que han provocado cambios muy importantes en nuestra legislación y nos han colocado en el foco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como un país donde sistemáticamente se violan derechos fundamentales de las personas y específicamente de las mujeres”, indicó.

En el evento moderado por Karla Vázquez y Anahy Rodríguez, Karla Casillas recordó que entre 2015 y 2016, el director del documental Carlos Pérez entabló una relación muy cercana con el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres en Chihuahua y conoció a Juan Manuel Frayre, hijo de Marisela Escobedo, quien accedió a que se hiciera el documental, el cual se puede ver por Netflix.

“Era importante rescatar esta historia porque de alguna manera resume todas las capas de violencia por las que puede atravesar una familia víctima del feminicidio: primero, una madre que pierde a su hija y se enfrenta a un sistema de justicia prácticamente inoperante, corrupto e indolente y, sobre todo, revictimizante, como se puede ver muy claro en el veredicto que dan los tres jueces a Sergio Barraza cuando lo dejan libre; después de eso, ella misma hace la búsqueda del feminicida de su hija y ahí es cuando de alguna manera entra al mundo del crimen organizado. Ella era una mujer con una voluntad de acero y con una voluntad determinante para acceder a la justicia a través de sus propios medios”, afirmó Karla, quien calificó esta investigación periodística como “la más dura” de toda su carrera.

Por su parte, Alejandro Melgoza indicó que concluyeron que algunos peritajes fueron absurdos, como el caso del arma con la que se asesinó a Marisela o que se presentaran a Héctor Flores Morán y José Enrique Jiménez como los culpables sin tener huellas dactilares. Aunque la mayoría de los peritajes sí fueron objetivos, las autoridades no los consideraron.

“Una reflexión a la que llegamos todos es que es una historia de amor de una madre que se enfrentó sola contra todo un sistema depredador y patriarcal. Este documental se pudo reconstruir gracias a esta lucha y astucia de Marisela, a pesar de que el gobierno fue indolente en diferentes seguimientos contra ella, a pesar de todas las desgracias, de las diferentes maneras en las que groseramente atacaron a su familia y a ella; aun así, Marisela sabía que era importante dejar precedentes de legalidad desde la autoridad, porque ella misma lo advertía alrededor de diferentes declaraciones que en algún momento podía ser víctima de algún ataque”, señaló Alejandro.

Finalmente, Karla Casillas consideró que “la historia de Marisela Escobedo conjuga lo peor de este país, que es un machismo arraigado, la corrupción, el crimen organizado, la indolencia de las autoridades y la impunidad; pero también sintetiza lo mejor, lo que una mujer con la determinación, el carácter y la valentía de Marisela Escobedo puede lograr”.

Lili Wences