Las plantas, flores y animales han tenido un valor simbólico, sobre todo en las obras del Renacimiento y el Barroco, en donde se trabajaba con mucha más profundidad el significado de cada uno de los elementos que acompañaban a la obra. “Lo que es muy interesante es que muchas veces este valor no es necesariamente arbitrario, si no que nace de las propiedades mismas de las plantas, de las flores, de los árboles, pero también de la personalidad de los animales”, indicó la maestra Nuria Galland Camacho, Coordinadora de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio de la Escuela de Medicina.

En la obra Retrato de una princesa de la casa de Este de Pisanello, realizada a raíz de la prematura muerte de la joven Ginevra d’Este, están presentes unas flores llamadas aguileñas, que tienen un carácter fúnebre; otro elemento que es importante para hablar de la transitoriedad de la vida a la muerte es la presencia de mariposas, las cuales son símbolo de resurrección y salvación del alma.

“El girasol era en aquel entonces símbolo de devoción, porque en sí esta maravillosa planta sigue los rayos del sol y los persigue durante todo el día, y de ahí que esté vinculada fuertemente con este valor”, explicó la experta al hablar de las obras Autorretrato con girasol de Anton van Dyck y Clitia transformada en girasol de Charles de la Fosse.

En el Curso-taller de Historia del Arte, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, mencionó que en la pintura La última cena de Domenico Ghirlandaio hay elementos interesantes, como el pavo real que es símbolo de resurrección, una palmera que es emblema de martirio, pájaros volando de un lado a otro que representan la idea de que el alma abandona el cuerpo para emprender su camino hacia la vida eterna, el limón que habla de la salvación y curación de las almas, y los cipreses que “son símbolo de la muerte o este vínculo entre lo terrenal y lo celestial”.

“El cisne tiene varios valores simbólicos, por un lado está relacionado con la música porque se creía falsamente que antes de morir emitía un dulce canto, entonces de ahí su vínculo; por otro lado, debido a su plumaje blanquísimo, es símbolo de pureza, pero también de hipocresía, porque debajo de este plumaje blanco se encuentra la carne que es negra, símbolo de mácula y pecado en aquel entonces”, señaló la experta al hablar de la obra El cisne amenazado de Jan Asseljin.

Finalmente, la maestra Galland Camacho habló de la obra Perrita de Giovanna Garzoni, en donde aparecen moscas, símbolos de maldad, de enfermedad y de la transitoriedad de la vida, los cuales “también servían para que los artistas pudieran representar su virtuosismo, pues al ser tan diminutos implicaban un sinfín de detalles, con lo que demostraban su gran habilidad”. Otro animal que aparece es un perro que “es símbolo de fidelidad, pero también en este caso al ser diminuto y exótico, es símbolo de vanidad, ya que son animales de ornato que acompañan a la gente que tiene la posibilidad económica de mantenerlos”, concluyó. 

Janet Aguilar