Por lo general, la edad cronológica es considerada un factor de suma importancia para predecir la mortalidad o el desarrollo de desenlaces adversos a causa de COVID-19. No obstante, Carlos Fermín y Alejandro Márquez, alumnos del PECEM, proponen en un nuevo artículo la utilización de métricas para medir la edad biológica, la cual tendría una mayor utilidad al momento de estimar el riesgo de los pacientes.

La edad cronológica es lo que convencionalmente conocemos; es decir, el tiempo que pasa desde el nacimiento hasta la medición. Mientras tanto, la edad biológica determina el estado de envejecimiento verdadero de una persona. Para estudiarla, los dos alumnos e investigadores midieron los desenlaces por COVID-19 en pacientes hospitalizados en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ).

Después de que el Instituto proveyera una base de datos, realizaron el análisis con una muestra de mil 68 pacientes basándose en una métrica de edad biológica llamada PhenoAge, desarrollada por la doctora estadounidense Morgan Levine: “Creemos que la edad cronológica debe seguir siendo utilizada, pero deben considerarse otros factores y métricas como PhenoAge para la estimación de riesgo de mortalidad y desenlaces adversos”, puntualizó Alejandro.

“Debido a que estas métricas de edad biológica fueron estimadas durante un episodio agudo de infección, no podemos emplearlas para afirmar que un paciente es más viejo de lo que debería, en su lugar, las utilizamos para establecer si un paciente presenta una mejor o peor respuesta a la infección para la edad que tiene”, detalló Carlos.

El proceso ameritó un trabajo arduo desde mayo (con la recopilación de datos estadísticos), hasta diciembre pasado, que culminó con la publicación del manuscrito en la revista The Journal of Gerontology series A (https://bit.ly/3w2GhUG). “Fue un proceso tardado, un poco largo, y creo que vale la pena mencionar que fue un esfuerzo colaborativo entre el INCMNSZ y el Instituto Nacional de Geriatría, que es donde se encuentra nuestro tutor, el doctor Omar Bello. Sin eso, nada hubiera sido posible”, expresó Carlos.

Luego de ver publicado su primer artículo como primeros autores, los jóvenes tuvieron palabras de agradecimiento para el Plan de Estudios Combinados en Medicina (PECEM), donde se han formado durante tres años. Al tiempo que Carlos destacó la oportunidad de poder estudiar y hacer investigación simultáneamente, Alejandro puntualizó en el apoyo recibido desde su ingreso al programa (equipo de cómputo y beca), lo cual permite un desempeño óptimo.

En el artículo también participan los alumnos de la Facultad de Medicina, la mayoría del PECEM: Neftalí Eduardo Antonio Villa, Arsenio Vargas Vázquez, Enrique Cañedo Guerra, Alejandro Campos Muñoz, Lilian Zavala Romero y Jessica Paola Bahena López.

La satisfacción no sólo se queda en el resultado final, sino en todo lo aprendido durante el camino. Con esto en consideración, Alejandro Márquez hizo una recomendación para todos aquellos que quieren, como él, dedicarse a la investigación: “Lo primero es encontrar un área que les apasione, que les guste; luego que se acerquen y que no tengan miedo al rechazo. El punto es intentarlo hasta encontrar un laboratorio donde sientan que encajen y un grupo de trabajo unido que les permita crecer.”

Guillermo Navarro