Al hablar de los sistemas abiertos y de la complejidad, las leyes de la naturaleza expresadas en modelos traducen comportamientos susceptibles a ser verificados con mediciones. Bajo este contexto surge la pregunta “¿cómo formular lo imprevisible?” Es ahí donde entran las catástrofes, es decir, lo que no se puede planear por adelantado.

Para entender los sistemas complejos, el doctor Alexandre S.F. de Pomposo García-Cohen, Jefe del Departamento de Investigación de la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que la entropía es una medida del grado de orden y desorden de un sistema y resaltó que para que un sistema sea considerado como complejo tiene que estar formado por partes que se encuentran jerárquicamente relacionadas entre sí, tanto en el espacio como en el tiempo, y debe presentar fenómenos emergentes que, además de imponer nuevas escalas, no pueden comprenderse considerando las propiedades aisladas de las partes.

“Si las conexiones entre las partes de un sistema complejo son aleatorias se facilita la sincronización global de la red y se ven favorecidas las propiedades características de los estados críticos, que son propiedades de estabilidad transitoria o transiciones de fase, lo que se traduce en diferentes formas de organización; entonces, la sincronización global y los estados críticos están íntimamente relacionados por el fenómeno llamado catástrofe”, señaló.

En el webinar “Catástrofes en la Medicina”, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina, el doctor De Pomposo explicó que los estados críticos se caracterizan por tener modularidad en la información, es decir, están conformados por redes de redes y modelos de “pequeño mundo”; por correlaciones de largo alcance que tienen coherencia macroscópica, es decir, aunque los cambios sean a nivel microscópico, tienen manifestaciones macroscópicas; y presentan fractalidad estructural.

“Para comprender estos comportamientos existe un principio común para los sistemas complejos llamado ‘criticidad auto-organizada’ (SOC por sus siglas en inglés) que describe las catástrofes en los sistemas que se encuentran al borde del caos”, destacó el Coordinador de Sistemas Abiertos y Complejidad (SACO).

En cuanto a los ejemplos de estos mecanismos en la Medicina, describió algunas particularidades sobre la inflamación crónica, las arritmias cardiacas, las crisis de ausencia y el Parkinson.

“La viabilidad de múltiples situaciones fisiológicas y las alteraciones de muchos estados patológicos pueden ser abordados en la Medicina a través de los fenómenos de las catástrofes provenientes de la necesidad de adaptación. Así, modelos como el del reloj de arena, entre otros, pueden ser de gran utilidad en la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos detrás de muchas situaciones clínicamente importantes. La vida como fenómeno se sitúa al borde del caos y de ahí se derivan muchos riesgos de inestabilidad”, apuntó el doctor De Pomposo.

Victor Rubio