Desde la década de los setenta, en diversas partes del mundo, se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ cada 28 de junio; en este marco, es importante sumar esfuerzos para intensificar aquellas acciones que permitan erradicar todos los vestigios de discriminación hacia la diversidad sexo genérica, así como fortalecer la difusión sobre los mecanismos de prevención y atención de la discriminación.

En la mesa de diálogo “La importancia de las diversidades en Medicina”, Melanie Carmina Campos Muñoz, estudiante de la Facultad de Medicina de la UNAM, abordó la importancia que tiene que el personal de salud conozca la diversidad sexo genérica al momento de prestar servicios de atención, ya que este aspecto frecuentemente no se tiene en cuenta, sobre todo en algunas especialidades médicas, donde muchas veces se define casi automáticamente la orientación sexual de las personas, dificultando así la comunicación que se tiene con pacientes y dando lugar a una Medicina menos inclusiva.

Como paciente pudo experimentar personalmente esta problemática en una visita al servicio de urgencias: “Me ocurrió que dieron por sentada mi orientación sexual, en muchas ocasiones me preguntaron cuál era mi método de planificación familiar, tuve que ‘salir del clóset’ como unas cinco veces, es una cuestión que a mí me abrió mucho el panorama”, recordó.

Asimismo, mencionó que es necesario tener clara la presencia de esta diversidad en la docencia, porque la forma de tratar a las y los estudiantes de Medicina pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ es un reflejo de las realidades que se viven dentro de la práctica médica, en la cual, a través de estereotipos, se apela mucho a la imagen que el médico debe tener, perpetuando así las transgresiones a los derechos de la expresión de género.

Agregó que es necesario impartir educación sexual integral en todos los niveles educativos, pero siempre considerando las realidades culturales de las diversas comunidades del país y sin juzgar a quienes no tienen el privilegio de acceder a información sobre salud sexual y reproductiva, o al uso de métodos anticonceptivos, además de que estos no sólo deben enfocarse a evitar embarazos, sino también para prevenir enfermedades de transmisión sexual en miembros de la comunidad LGBTIQ+.

Por su parte, el doctor Juan Carlos Mendoza Pérez, investigador del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que en las licenciaturas del área de las ciencias de la salud hay personas que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+, sin embargo, es poco frecuente que lo expresen abiertamente debido a que no existen las condiciones propicias para manifestarlo; del mismo modo, destacó que en el ámbito hospitalario los hombres que son más femeninos reciben insultos, discriminación y comentarios homofóbicos por parte de docentes y médicos, lo cual genera una situación de violencia cotidiana.

Asimismo, comentó que la atención médica debe brindarse de acuerdo con las necesidades específicas de cada persona, estas dependen del grupo al que pertenezcan, y en varios servicios médicos, si bien no se pretende discriminar, tampoco se sabe cómo abordar a las personas de la comunidad LGBTIQ+, porque es algo que durante la formación académica no se enseña. “Este hecho muestra un área de oportunidad que hay que tomar en cuenta”.

También hizo énfasis en que “la violencia de género va más allá de la violencia hacia la mujer, pues también existe la violencia por discriminación hacia la orientación sexual o la identidad de género, y como Facultad tenemos que trabajar para generar entornos más saludables con nuestra población estudiantil y la planta docente”.

Consideró que es necesario impartir educación sexual a toda la población, pues aunque hace un año se logró incluir en la ley, no se ha materializado en los planes escolares. Para evitar la discriminación, señaló que es importante identificar todas sus formas y denunciar la violencia lesbofóbica, transfóbica y homofóbica.

En el evento transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM y coordinado por la doctora Jennifer Hincapie Sanchez, Dennys Michel Onofre Corredor, estudiante de la Facultad, explicó que en el ámbito médico es indispensable respetar la identidad de las personas; por ello, el primer contacto con los pacientes antes de tener la oportunidad de preguntar el pronombre por el cual desean ser llamados, debe ser mediante los apellidos como una opción viable y neutral. Esto representa un elemento que cambia completamente la dinámica, por ejemplo, en el caso de las personas trans que aún no han podido hacer un cambio de documentación (en caso de desearlo).

Por otra parte, señaló que, así como el no conocer la ley no exime a nadie de su cumplimiento, el mismo principio debe aplicarse como una analogía para el respeto a los derechos de los pacientes; el no conocer la identidad de alguien no priva del daño y malestar generado a una persona al dar por hecho la orientación sexual, la identidad de género y el uso inadecuado de los pronombres.

En ese ámbito, conviene concientizar a los médicos para que comprendan esta situación, ya que juegan un papel importante al también ser docentes, pues sus alumnos serán quienes repliquen la estructura y las actitudes vistas en el área de la salud, por lo que al tener maestros incluyentes los estudiantes se convertirán en una extensión de sus prácticas.

Asimismo, recalcó la necesidad de incluir las diversidades en Medicina en el plan curricular de la carrera, sobre todo en materias como Ginecología y Pediatría, pues esto contribuirá a comprender diversas cuestiones, entre ellas, la intersexualidad y las diversidades anatómicas de manera no patologizante.

“La Medicina tiene demasiado poder social, podemos generar problemas de salud mental al no hablarle a alguien como se identifica, la sociedad tiene que avanzar de manera rápida porque la gente no puede seguir sufriendo esta discriminación. Cuando veo a un paciente, lo veo también como una persona que puede sufrir el mismo tipo de discriminación que yo, hay que entender que la Medicina, así como puede enfermar, también puede salvar y sanar en comunidad”, comentó.

Finalmente, Dennys Michel expresó que la educación sexual integral necesita ir acompañada de la académica, cívica y ética, así como de la apertura de la sociedad para recibirla; y por parte de las y los médicos, el ser personas con ética, «una ética práctica que propicie el preguntar a les pacientes cómo se sienten, cómo les gusta que les nombren y si la atención médica ha sido de calidad e inclusiva. Buscar un ambiente seguro y de confianza como un imperativo para la Medicina contemporánea».

Ricardo Ambrosio