Para brindar una atención de calidad a los pacientes es necesario que, además de contar con habilidades clínicas, los profesionales de la salud tengan habilidades de juicio ético desarrolladas; no obstante, no hay un consenso sobre cómo enseñar estas habilidades durante la formación médica ni como evaluarlas.

“No se trata de que como médico le imponga al paciente lo que yo considero ético, pero sí informarle lo que considero medicamente adecuado y correcto para el caso particular”, indicó la doctora Irene Durante Montiel, Secretaria General de la Facultad de Medicina de la UNAM.

La también Presidenta del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM) destacó que la ética se aplica en diversos procedimientos y situaciones médicas como al ofrecer un diagnóstico y un tratamiento, por lo que es necesario el razonamiento y la reflexión para llegar a decisiones éticas fundamentadas donde prevalezcan las razones y no las opiniones para así poder elaborar un plan de tratamiento o manejo para los pacientes. Además, debe conocerse cómo identificar conflictos éticos que se suscitan al tratar un problema de salud; estos se caracterizan por una contraposición de principios, valores, derechos y obligaciones de las personas involucradas, comúnmente también participan creencias e intereses.

Un ejemplo de estas situaciones se presenta cuando hay necesidad de realizar una transfusión en un paciente cuya religión no le permite recibirla. Para resolver este tipo de situaciones es necesario respetar los cuatro principios básicos de la bioética: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia, y utilizar el razonamiento ético, el cual permite resolver los conflictos éticos y es una capacidad que se desarrolla de forma paulatina.

También interviene un marco jurídico y administrativo que puede variar entre países o regiones; en este contexto, la doctora Durante Montiel señaló que la ética y la ley no son sinónimos, pues no todo lo ético es legal y no todo lo legal es ético.

En la conferencia inaugural del II Congreso Internacional de Ética, Ciencia y Educación, en el cual la Facultad de Medicina fue una de las instituciones organizadoras, la doctora Durante Montiel explicó que para resolver los conflictos se requieren conocimientos, habilidades, destrezas y actitud; en este sentido, conviene dirigir a los estudiantes para que se enfoquen en las preocupaciones éticas, pues es frecuente que se centren más en el problema médico del paciente, con este fin, es importante promover el conocimiento ético y la capacidad de toma de decisiones de los alumnos y sensibilizarlos sobre sus valores y prejuicios personales.

Si se quiere abordar una situación desde el punto de vista ético, los argumentos que resulten del razonamiento deben ser relevantes, profundos, lógicos, claros, imparciales, precisos y escrupulosos.

En el ámbito reflexivo se debe considerar la descripción de los hechos, la evaluación de lo bueno y lo malo, análisis del sentido que cada persona le da a la situación y obtener conclusiones para saber qué acciones adicionales se pueden hacer para ayudar a solucionar el problema y elaborar un plan de acción, concluyó la doctora Durante Montiel.

Ricardo Ambrosio