Por sus méritos y aportaciones académicas, así como por su amplia labor en investigación y difusión dentro del campo de la Psiquiatría y las adicciones, el Consejo Universitario de la UNAM nombró Profesor Emérito de la Facultad de Medicina (FM) al doctor Juan Ramón de la Fuente Ramírez.

Su trayectoria tiene varias facetas que reflejan distintas etapas de su vida y las diversas responsabilidades que ha asumido: médico, investigador, profesor, funcionario público, divulgador de ideas y textos que nutren la vida intelectual y política de México.

Es egresado de la FM, en donde es profesor desde 1980, tiempo en el que ha impartido múltiples cátedras de especialización y de educación continua en el área de Psiquiatría y Salud Mental; además de ser profesor titular del Diplomado sobre Marihuana y Salud. Creó e impulsó el Plan Único de Especializaciones Médicas y el plan de estudios de la carrera de Medicina, que instituyó como director de esta Facultad, permitió que fuera reconocida como centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, creó y dirigió la cátedra “Simón Bolívar” y el Instituto de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Alcalá.

Como director del Programa Universitario de Investigación en Salud y coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, promovió la creación de unidades y centros. En medio de una crisis que paralizó a la institución durante nueve meses, fue nombrado rector; al poco tiempo, la Universidad continuó su vida académica e institucional. La llevó a ubicarse como la mejor de Iberoamérica, y la Ciudad Universitaria fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Como secretario de Salud descentralizó los servicios del ramo, lo que permitió la creación de 31 secretarias estatales y la Secretaría de Salud del entonces Distrito Federal. Creó la Comisión Nacional de Arbitraje Médico e introdujo al país los medicamentos genéricos intercambiables. Creó el Programa de Salud Reproductiva con una clara perspectiva de género e impulsó campañas de educación sexual. El Programa de Ampliación de Cobertura que puso en marcha fue reconocido como prototipo por el Banco Mundial y permitió incorporar al sistema de salud a 16 millones de personas.

Ha escrito y publicado 123 trabajos en revistas médicas y científicas; 83 capítulos de libros; más de un centenar de prólogos, reseñas y presentaciones de libros; 91 publicaciones de divulgación sobre temas de educación, sociedad y cultura. Además es autor, editor o coordinador de 24 libros. Sus trabajos han sido citados cerca de 6 mil ocasiones en la literatura internacional y en los últimos cinco años ha dictado más de 400 conferencias en 14 países.

Sus investigaciones sobre alcoholismo permitieron la construcción de un instrumento universalmente válido para la identificación oportuna de este problema, que fue adoptado por la OMS, la Organización Internacional del Trabajo y por los Institutos de Excelencia Clínica del Reino Unido.

Fue presidente de las academias de la Investigación Científica (la cual convirtió en Academia Mexicana de Ciencias) y Nacional de Medicina de México. En el ámbito internacional ha sido presidente del Consejo Directivo del Programa de las Naciones Unidas contra el SIDA, de la Asociación Internacional de Universidades con sede en la UNESCO y de la Junta de Gobierno de la Universidad de las Naciones Unidas con sede en Tokio, Japón.

Por sus contribuciones al conocimiento de la Medicina y la Salud Mental, ha recibido, entre otros, los premios Nacional de Ciencias y Artes, Miguel Alemán de Investigación en Salud y al Mérito Médico del Consejo de Salubridad General. Cuenta con 20 doctorados Honoris causa otorgados por universidades de México y del mundo.

El doctor De la Fuente Ramírez actualmente preside el Consejo del Aspen Institute en México, y coordina el Seminario de Estudios sobre la Globalidad en la FM, desde donde promueve actividades docentes, de investigación y de difusión relacionadas con la elaboración de protocolos para los cuidados paliativos que permitan una muerte digna, el uso racional de opioides para hacer efectivo el derecho de los enfermos a no tener dolor, la regulación de sustancias psicoactivas como la cannabis con fines de investigación y para conocer mejor sus posibles efectos terapéuticos, así como el impacto de la violencia en la salud mental de las comunidades más afectadas.

Lili Wences