Utilizar los mismos utensilios para manipular las carnes crudas y otros alimentos como las verduras, las frutas o las leguminosas podría representar un riesgo, pues al hacerlo se transmiten bacterias que, si no se cocinan o cuecen de la manera correcta, afectan a la salud.
La doctora Lizeth Gómez Munguía, docente en el Diplomado de Nutrición Clínica de la UNAM, explicó que en muchas ocasiones se desconoce qué tanto el pollo, el pescado, el cerdo y la res pueden provocar enfermedades gastrointestinales, si no se tiene el cuidado adecuado al prepararlos.
“Denominamos como contaminación cruzada, por ejemplo, cuando se ingieren las bacterias de la carne en otros alimentos. Y una de las razones por las que sucede es cuando una fruta, verdura o queso se corta con el mismo cuchillo que la carne. Las bacterias se trasladan a otros alimentos y, aunque se cueza la carne, las terminamos consumiendo. Se recomienda que se tenga un cuchillo para cada grupo de alimentos”, sostuvo.
Explicó que otros de los errores que se cometen al cocinar carne, es ponerla a descongelar a temperatura ambiente, ya que con esta acción se permite la proliferación de bacterias. Además, si ya se cocinó y no se consume, debe ir directo a refrigeración. “Es importante que si estaba congelada y se va a comer a corto plazo debe de pasarse directo a cocción; se recomiendan 63 grados en pescado y carne de res, y 68 grados en el caso del cerdo”.
La doctora Gómez Munguía agregó que de no cocer la carne de esta forma, como tienen por costumbre algunas personas que disfrutan de cortes en término medio o tres cuartos, hay un gran riesgo de ingerir las bacterias de la salmonelosis, la Escherichia coli, el Staphylococcus aureus, la Listeria monocytogenes, la Brucella y el parásito de Toxoplasma gondii.
Todos ellos generan problemas en la salud como: gastroenteritis, septicemia o peritonitis que en casos extremos ocasionan la muerte.
“Las personas que tienen por costumbre comer la carne un poco cruda deben estar atentos a síntomas de fiebre, diarrea, cólicos abdominales, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, porque se pueden manifestar por parásitos o bacterias”.
La especialista recomendó que “al comprar la carne hay que cerciorarse de que sea fresca, sobre todo en la res, la cual debe ser de un rojo brillante y siempre debe rechazarse cuando se encuentre verdosa o de café oscuro”.
Asimismo, debe haber un mayor cuidado con el pollo, debido a que se descompone más rápido y es importante revisar bien el pescado, pues desde que sale del agua y pierde su salinidad, se propician las condiciones para que sea portador de bacterias.
Estas recomendaciones deben considerarse sobre todo cuando hay embarazadas, menores de cinco años y adultos mayores en la familia, pues son los más vulnerables ante las bacterias y los parásitos.

Samuel Aguirre