Conocer el número de potenciales de acción y la frecuencia temporal del disparo neuronal permitiría crear una secuencia eléctrica única e irrepetible para diferenciarla de aquellas que han sido generadas por estímulos distintos y, con ello, saber cuándo es una conducta normal o patológica, afirmó la doctora Elvira Galarraga Palacio, investigadora del Departamento de Neurociencia Cognitiva del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
Al señalar que uno de los grandes retos que enfrentan las Neurociencias actualmente es descifrar el código del lenguaje del sistema nervioso central, indicó que éste forma parte de la actividad eléctrica y para conocerlo se requiere entender los mecanismos del disparo neuronal (los canales iónicos y su densidad específica), cómo una misma neurona puede tener más de un modo de disparo (en ráfagas, tónico o irregular) y que éste depende de la neuromodulación, pues no siempre es igual.
Durante la impartición de la conferencia magistral “Integración sináptica del disparo neuronal”, organizada por el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y el Grupo Mujer y Ciencia UNAM, la especialista explicó que cada neurona tiene su propio patrón y frecuencia de disparo. Por ejemplo, en el caso de la enfermedad de Parkinson, y en todos los trastornos motores, se modifica
el modo de disparo, lo que incide en el código de respuesta de las neuronas al cambiar su integración sináptica.
Al hablar de los estudios que realiza sobre las neuronas de proyección del estriado, que forman parte de los ganglios basales y que intervienen en las secuencias de movimiento -desde expresiones faciales hasta rutinas muy complejas, explicó que dichas neuronas están divididas en dos tipos: unas que conforman la vía directa de salida, y tienen receptores dopaminérgicos tipo D1 de manera preponderante, y las neuronas que conforman la vía indirecta, las cuales pasan a través de varios núcleos antes de llegar a los ganglios basales y tienen receptores dopaminérgicos predominantemente de tipo D2.
El estudio de estas neuronas mediante diversos experimentos le ha permitido encontrar que la respuesta sináptica registrada en las mismas no depende de la entrada sináptica estimulada, ya sea por corteza o por tálamo, y que esa respuesta no tiene que ver con la estimulación utilizada (optogenética o eléctrica).
“También hemos encontrado que la duración y la forma de la respuesta sináptica son complejas e involucran actividad polisináptica, así como que la respuesta cortical y talámica es distinta en cada neurona del estriado, por lo tanto, depende de las propiedades intrínsecas de cada célula”, precisó.
Aunque las neuronas de las vías directa e indirecta tienen una integración sináptica distinta que depende de la densidad y la participación de canales iónicos que tienen en su membrana somato-dendrítica, la doctora Galarraga Palacio concluyó que, en contraposición con la hipótesis que planteaba un antagonismo funcional entre ambas, sus datos han revelado que, cuando inicia el movimiento, ambas vías se activan: la directa lo hace de manera prolongada y la indirecta de forma fásica, “lo que tiene una implicación funcional muy importante”.

Lili Wences