Fotografía tomada de https://goo.gl/qkvcQQ

La farmacovigilancia es el conjunto de actividades relacionadas con la detección, la evaluación, la comprensión y la evolución de los efectos adversos de los medicamentos. Aunque es una práctica relativamente joven en los sistemas de salud, se ha manifestado como parte fundamental de la seguridad de la población en materia de salud.

El Centro de Investigación en Población, Políticas y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM dio inicio con la serie de conferencias “Experiencias exitosas de farmacovigilancia”. La primera de éstas fue impartida por el doctor Juan Roldán Saeltzer, jefe del Subdepartamento de Farmacovigilancia de la Agencia Nacional de Medicamentos del Instituto de Salud Pública de Chile (ISPC).

El sistema de farmacovigilancia en ese país está compuesto por profesionales de la salud, establecimientos asistenciales, titulares del registro sanitario y el ISPC, del cual depende el Subdepartamento de Farmacovigilancia. Éste cuenta con un sistema propio que resguarda información que permite contribuir a la detección de señales de riesgo a nivel mundial.

“A partir de 2011, contamos con una nueva normativa que me tocó implementar, y que establece la obligación de notificar reacciones adversas, mediante los formularios del ISPC. A la industria farmacéutica se le exige que tenga un sistema integral de farmacovigilancia y es sujeta de fiscalización”, indicó el funcionario.

Cuando se puso en marcha dicha normativa, se observó un incremento de las notificaciones de efectos adversos a nivel nacional. “Sólo en el ámbito asistencial, tenemos un promedio sobre las 300 notificaciones por millón de habitantes, y con las de la industria tenemos un nivel mayor de 500. Hemos conseguido que vaya aumentando la participación de la gente en el sistema de notificación en línea Red-RAM (Reacción Adversa de Medicamentos)”, aseguró.

Asimismo, el ISPC realizó un sistema de farmacovigilancia de vacunas y se desarrolló un programa para la transmisión de información masiva de seguridad de éstas, el cual se sustentó en parámetros obtenidos con el apoyo del Instituto internacional de Vacunas de Corea del Sur.

“Hemos contribuido de forma relevante a que nuestra Agencia sea de referencia para las Américas, como saben la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de México y otras seis agencias de países latinoamericanos también lo son”, señaló al adelantar que la dependencia a su cargo fue designada para organizar el décimo quinto encuentro de farmacovigilancia de las Américas, del 8 al 12 de octubre en Santiago.

“Siempre podemos hacer un mejor trabajo, con base en mayor conocimiento, mayor tecnología y una mejor gestión. Otro aspecto que no podemos dejar de lado es el de la cooperación. Es una necesidad, un deber histórico, que los países de América Latina se acerquen para homologar sus marcos regulatorios y hacer un trabajo conjunto. La colaboración tiene que ser una verdad de los caminos a recorrer en el futuro”, manifestó.

Por su parte, el doctor Gustavo Olaiz Fernández, coordinador del CIPPS, habló del Programa Epidemiológico de Vigilancia de Insumos para la Salud, herramienta desarrollada en la FM con funciones educativas para personal de salud, industria y estudiantes; capacitación en línea ágil, oportuna y anónima; investigación; publicación de casos clínicos, y funciones de apoyo como desarrollo de la operación de farmacovigilancia y planes de manejo de riesgo.

Mariana Montiel