En el rostro, manchas de pólvora sin estallar y, del otro lado, un orificio de entrada delineado por una marca. Esto forma parte de la morfología encontrada en un cadáver. Describe que la fuerza con la que el agresor presionó el arma contra la víctima dejó las lesiones alrededor del surco donde penetró la bala, pero ¿cómo explicar las marcas de la pólvora, características de una detonación realizada a una distancia aproximada de 50 centímetros? y sobre todo, cómo responder el ¿por qué?

El contexto de este ejemplo se centra en una comunidad desplazada por la violencia y amedrentada por el crimen organizado, que emplea las ejecuciones como método de coacción, de esta forma se explican las manchas de pólvora que no detonaron porque las balas pasaron junto a la víctima durante la tortura psicológica a la que fue sometida al simular su ejecución, previo al asesinato.

“Las marcas de la pólvora y las del arma son cosas distintas, cómo vas a interpretar esa paradoja si no acudes al contexto que te dan los hechos”, cuestionó el doctor Nelson Ricardo Téllez Rodríguez, docente del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, y asesor de la Dirección General del Instituto de Medicina Legal, en su conferencia  “La patología forense: una ciencia social”.

“Los médicos estamos acostumbrados a que nuestra práctica de todos los días sea ver el cadáver, hacer un listado de hallazgos, y explicar la muerte de esa persona a partir de lo que se ve, pero la morfología sin contexto es una pobre huérfana y con eso les puedo decir muy poco; si no reúno todo lo que está alrededor, no puedo interpretar bien las cosas”, explicó a alumnos y académicos en el Aula Magna de la Licenciatura en Ciencia Forense.

En palabras del especialista “se puede ver la patología forense de otra manera, para poder llevar la interpretación desde el contexto,  y así convertirla en una ciencia que se salga de la armadura férrea de la Medicina, y se transforme en una ciencia social de interpretación”.

En este sentido, el doctor Téllez Rodríguez refiere que la interpretación de la patología forense dentro de un contexto social “va a ser la clave, principalmente en Latinoamérica, para que podamos reconstruir nuestras vidas y nuestros países, con el trabajo de médicos, forenses, odontólogos, antropólogos, y otros profesionistas que apoyen en la interpretación de lo que nos ha venido pasando”.

Durante su visita a la UNAM, el especialista colombiano también presentó en la Feria Internacional del Libro Universitario 2018 su último texto, El olor de las almendras amargas, en el cual se vinculan las Ciencias Forenses y la Literatura, mediante un análisis casi pericial de las obras de Gabriel García Márquez; además impartió un taller dirigido a especialistas forenses, sobre resolución de casos, en el que propuso un abordaje secuencial paso a paso. “No siempre se tiene la oportunidad de venir a conversar a una Universidad tan importante sobre lo que uno sabe y le apasiona”, externó.

Samedi Aguirre