De acuerdo con la doctora Virginia Barragán Pérez, investigadora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, en México se responde a un sistema de género hetero-normativo en el que se basa el comportamiento de hombres y mujeres. Detalló que aunque constitucionalmente todas las identidades sexuales y genéricas deben ser respetadas, “cuando la manera de expresar nuestra sexualidad no entra en estos cajoncitos creados por este sistema, se genera exclusión, rechazo, discriminación y violencia, que provocan un detrimento en la salud mental”.

En este sentido, la doctora Ana Lizette Peraza Noriega, psiquiatra adscrita al Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”, aseguró que “la salud mental es un concepto dinámico porque está ligado a las condiciones de cada persona, a medida que cambian sus contextos de vida, los avances de la ciencia y la propia cultura de los pueblos la van modificando”.

Además, explicó que “en la salud mental el aspecto del género es invisibilizado porque todo se lo atribuimos a los componentes biológicos y esto es un factor de riesgo para muchos trastornos mentales”.

Por su parte la doctorante Ana Carolina Rodríguez Machain, investigadora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad, aseguró que “la violencia de género es el abuso de las desigualdades de poder que surgen en los roles de género“, aunque pueden impactar a cualquier persona, las mujeres son quienes experimentan en mayor medida este tipo de violencia, pues de acuerdo con datos de encuestas nacionales, alrededor del 66 por ciento la ha experimentado, principalmente de tipo emocional o psicológica, que puede llegar a generar trastornos mentales como el trastorno por estrés postraumático.

“Debemos propiciar un entorno clínico que promueva la confianza y utilizar herramientas de comunicación que nos permitan acercarnos a las personas, no juzgar, ni presionar”, alertó.

La doctora Nayelhi Saavedra Solano, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, precisó que el sistema de salud responde a la construcción social de género, por lo que deben generarse políticas públicas que lo contrarresten, como por ejemplo involucrar a los hombres en programas de asistencia prenatal.

Recordó que el profesional de la salud no solamente está para atender una patología, “no somos únicamente servidores de salud, también debemos ser activadores del empoderamiento de la ciudadanía, que sepa que tiene una serie de derechos y que puede ejercerlos”.

 Samedi Aguirre