En 2016, la UNAM declaró su adherencia a HeforShe de la Plataforma de ONU Mujeres, movimiento solidario que busca terminar con la desigualdad de género. Ese mismo año, se implementó el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la máxima casa de estudios, el cual ha permitido visibilizar esta problemática y dar un tratamiento diferenciado y especializado a los casos.

Durante la conferencia para ampliar la difusión de este Protocolo y sus efectos en la comunidad universitaria, la doctora Irene Durante Montiel, secretaria General de la Facultad de Medicina, consideró que la igualdad de género es un asun-
to de hombres y de mujeres, donde ambos tengan los mismos derechos y oportunidades en lo económico, lo político y lo social. Asimismo, comentó que el evento académico fue organizado a solicitud de los consejeros alumnos de la Facultad: Diana Hernández Valadez, Héctor Gurrola Luna y Jessica Karina Ortiz Ramírez.

“Se trata de un cambio cultural, ése es nuestro reto, porque los cambios culturales suelen ser muy lentos. Nosotros, como universitarios, tenemos que hacer la parte que nos toca, que el mensaje de cada acción sea el lograr la igualdad de género”, indicó al recordar que el Protocolo manifiesta cero tolerancia de los actos de violencia de género y a él se pueden sumar académicos y trabajadores mediante la figura de personas orientadoras que de manera voluntaria recibirán capacitación para colaborar en la estrategia.

En su exposición, la licenciada Annel Tagle Varela, asesora de la Abogada General de la UNAM, mencionó que, a dos años de implementado el Protocolo, se reporta que las alumnas son víctimas de más actos de violencia de género, mayormente por parte de estudiantes hombres, seguidos por el personal académico.

Mientras que del 2003 al 2016 se presentaron 396 quejas posibles identificadas, del 2016 a agosto de 2018 se han registrado 560 quejas, lo que evidencia un incremento de denuncias desde que se implementó el Protocolo. “Eso no quiere decir que exista más violencia de género, sino que la comunidad ha tomado acciones en contra de ello, y se ha visibilizado mejor el problema”, indicó la especialista.

“Este instrumento adoptó los procedimientos de la Legislación Universitaria y estableció directrices clave para homologar, transparentar y dar certidumbre sobre qué se debe realizar y cuáles son los pasos que se tienen que adoptar cuando se presenta un caso de violencia de género.

“A veces los estudiantes tienen miedo de presentar una denuncia o queja que tenga repercusión en su calificación. Para ello, se establecen medidas urgentes de protección, que permiten dar confianza a la comunidad para presentar sus quejas sin temor o repercusiones, como cambiar al académico, un cambio de turno o de grupo, o solicitar que se cree una comisión evaluadora independiente, entre otras”, explicó la licenciada Tagle Varela.

Lili Wences