El concepto de tanatología hace referencia a la disciplina encargada de encontrar sentido al proceso de muerte, atendiendo al afectado desde diferentes perspectivas como la Psicología, la Biología, el ámbito social y el espiritual, con la finalidad de enseñarle a vivir una vida plena.

“El duelo es una reacción ante las diferentes pérdidas que una persona pueda experimentar, ya sea por el deceso de un ser querido, de una idea o pensamiento, un proyecto, la libertad, o la comunicación. Decimos que ‘perdimos’ porque no hay forma de que se repare esa muerte, por ello el objetivo de la tanatología es readaptarnos a una nueva realidad”, explicó el maestro Lizardo González Hernández, tanatólogo y coordinador de Planeación de la Dirección General de Servicios Generales y Movilidad de la UNAM.

Durante su conferencia “Tanatología y COVID-19”, como parte del Seminario Permanente de Salud Pública, transmitido a través de Facebook Live de la Facultad de Medicina, indicó que la pandemia, por coronavirus, trajo consigo una nueva forma de enfrentar la muerte y su etapa posterior.

El duelo, de acuerdo con el especialista, tiene una duración de entre seis y 18 meses, pero hay personas que viven este duelo en pequeños espacios, como pueden ser unas horas al día para hablar con las fotos de su difunto, recordar en soledad momentos juntos o mientras se le ponen flores a su altar, y después de este breve tiempo se reintegran a su vida cotidiana.

Asimismo, es importante considerar el impacto de este proceso en la salud mental y las manifestaciones fisiológicas, tales como vacío en el estómago, ganas de vomitar, mareos, estrés o debilidad muscular; y consecuencias conductuales, por ejemplo, trastornos de sueño o alimentarios, conductas distraídas o aislamiento social, o adquirir adicciones.

Por ello, resulta importante respetar el tiempo de recuperación, pero sin perder de vista que la vida continúa a pesar de todo. “El objetivo del duelo, sin duda, es dar expresión a los sentimientos y emociones para que los identifiquemos, los comprendamos y encontremos cauces apropiados de canalización e integración. Y de ahí adaptarnos a una nueva realidad”, recomendó el maestro González Hernández.

Entre los tipos de duelo más comunes están: el duelo congelado, el ambiguo, el patológico y el normal. De acuerdo con el especialista, las personas pueden lidiar con el proceso por sí solas, sin embargo, cuando no pueden sobrellevar la carga, es importante que busquen ayuda profesional.

En esta época, donde la COVID-19 ha hecho que las personas se resguarden en su casa, es importante canalizar de forma adecuada todos estos sentimientos; por ello, el maestro González Hernández recordó que hay muchas instituciones que brindan atención y acompañamiento psicológico de manera gratuita.

“Debo celebrar foros como éste, donde podemos hacer saber a las personas que no están solas. Instituciones como la Facultad de Medicina están haciendo todos los esfuerzos para brindar atención mental a toda su comunidad; si alguien está pasando por un duelo o una situación difícil, acérquese y obtendrá apoyo”, concluyó.

Eric Ramírez