“La historia del arte está en deuda con la participación que tienen las mujeres y es debido a esta condición, hasta cierto punto de desventaja, que han tenido en muchos ámbitos de la vida profesional; por ello, nos debemos un momento para hablar y reflexionar en torno a este fenómeno, siempre pensando en cambiar las condiciones. Si bien éstas han mejorado enormemente en las últimas décadas, tenemos que analizar que todavía en nuestra actualidad las mujeres en el ámbito del arte no siempre ocupan un papel predominante”, indicó la maestra Nuria Galland Camacho, Responsable de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio de la Escuela de Medicina.

En el Curso-Taller de Historia del Arte, transmitido por el Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, la experta comentó que Guerilla Girls es un colectivo de mujeres artistas que participan de manera activa en el mundo del arte, disfrazan sus rostros con máscaras de gorilas y reflexionan sobre asuntos relacionados con el sistema artístico y el papel que ocupan las mujeres en éste. Por ejemplo, con un cartel cuestionan: “¿tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Metropolitan?, este famoso museo en Nueva York, donde menos del 5 por ciento de los artistas de la sección de arte moderno son mujeres, pero el 85 por ciento de los desnudos son femeninos.

Al referirse a la Venus de Willendorf, la maestra Galland Camacho recordó que tradicionalmente se cree que es una figurilla destinada a propiciar la cosecha o la fertilidad. Nunca se puso en duda que era un hombre el que posiblemente la había tallado, sin embargo, “se percataron de que la visión desde arriba de la Venus es muy similar a la que podría tener una embarazada, y plantearon la posibilidad de que esta figurilla hacía alusión a la fertilidad, pero quizá fue tallada por una mano femenina, y no sólo eso, sino por mujeres embarazadas, debido a la experiencia que tenían al observar su propio cuerpo”.

Asimismo, detalló cuáles eran las circunstancias sociales que enfrentaban las mujeres que querían dedicarse al arte en los siglos XVI y XVII. Por un lado, a las artistas, en su mayoría, no les permitían el acceso a una formación académica y no podían entrar a las academias de arte, salvo pocas excepciones. Otro aspecto importante es que las mujeres, por orden papal, no podían hacer estudios anatómicos, ni estudiar el desnudo masculino, lo que limitaba mucho sus trabajos. Además, las mujeres que aspiraban a considerarse respetables, no podían recibir dinero por los trabajos que realizaban y no existía una clientela dispuesta a consumir arte femenino.

“Sin embargo, estos obstáculos no impidieron que hubiese mujeres que trabajaran de manera activa y propusieran en el mundo del arte; todo lo contrario, había muchísimas mujeres participando en el sistema artístico, lo hacían siempre a la sombra de un padre o de un esposo, y se sabe que muchas artistas iniciaron su formación como pintoras o escultoras dentro del taller de sus padres”, concluyó la maestra Galland Camacho.

Janet Aguilar