El Sistema Bibliotecario durante la pandemia por covid-19

David Flores Macías

El Sistema Bibliotecario (SB) de la Facultad de Medicina está conformado por tres bibliotecas: la Biblioteca Valentín Gómez Farías (BVGF), ubicada en las instalaciones de la Facultad en Ciudad Universitaria; la Biblioteca Dr. Nicolás León (BNI) del Palacio de la Escuela de Medicina; y la Biblioteca Médica Digital (BMD) en Internet (www.facmed.unam.mx/bmd/).

Desde el 19 de abril de 2020, la BVGF y la BNL cerraron sus instalaciones, esto con el objetivo de salvaguardar la salud de nuestros usuarios y trabajadores debido a la pandemia por COVID-19 y, con ello, se dejaron de brindar los servicios de información que se realizaban de manera presencial; la BMD siguió dando sus servicios digitales, lo que permitió continuar con la mayoría de los servicios de información que proporciona el SB, incrementando el número de consultas digitales en alrededor de un 30 por ciento.

Cabe mencionar que sólo unos días antes del cierre de instalaciones, en una reunión en la Dirección de la Facultad, estuvimos presentes funcionarios para platicar de las medidas y estrategias a seguir ante el cierre inminente de las instalaciones, y por indicaciones del Director y de la Secretaria General de la Facultad, el doctor Germán Fajardo y la doctora Irene Durante, respectivamente, todas las áreas de la FM nos volcamos a poner en práctica estas estrategias. En el caso del SB, se le encomendó específicamente poner a disposición el mayor número de recursos de información sobre la covid-19 a través de la BMD (www.facmed.unam.mx/bmd/indexF_COVID.php) y abrir el acceso a estos recursos primeramente a toda nuestra comunidad y, de ser posible, al público en general. Afortunadamente, la mayoría de las editoriales apoyaron esta iniciativa al abrir una parte importante de sus acervos sin restricciones.

A partir del cierre de instalaciones físicas de la BVGF y de la BNL, se han desarrollado una serie de estrategias e iniciativas para cumplir con el objetivo del SB: “Satisfacer las necesidades de información de la comunidad de la Facultad de Medicina, para el apoyo de sus actividades académicas y con el propósito de vincular las funciones sustantivas de la misma”. Más adelante se mencionan con mayor claridad y precisión estas estrategias e iniciativas por los diferentes miembros académicos y personal del sb que participan en estas memorias, sin embargo, considero que un punto trascendental para responder de forma oportuna a las necesidades de información generadas por la presente pandemia, es el hecho de que la FM a través de la BMD inició desde 1992 el desarrollo de los servicios digitales de información; actualmente estos servicios se brindan a toda la comunidad de la Facultad desde cualquier computadora o dispositivo conectado a Internet.

El reto para el SB es garantizar el acceso digital a los acervos que requieren los usuarios de la FM durante la presente coyuntura, donde identificamos diferentes oportunidades: acceso a los libros de texto principalmente para las bibliografías de los planes y programas de estudio de las diferentes licenciaturas de la FM, el acceso al acervo histórico de la BNL, la educación y capacitación en línea y la realización de eventos académicos de manera virtual, entre otras.

El día de hoy, domingo 2 de agosto de 2020, escribo estas líneas al reflexionar y analizar lo que ha pasado durante los últimos meses. Estoy convencido que la mayoría de nosotros difícilmente nos imaginamos que estaríamos hoy ante esta situación inédita en muchos sentidos, tanto por su duración como por su complejidad.

Es indudable que la actual pandemia por covid-19 nos deja muchas enseñanzas profesionales y personales, que difícilmente se pueden expresar en un documento de estas características, sin embargo, algunas de las que considero de mayor importancia son:

  • El manejo de la incertidumbre y el cambio. La naturaleza nos revela que los planes y las fechas en nuestras actividades son elementos que cambian rápidamente y que difícilmente podemos controlar en su totalidad, sin embargo, de nosotros depende el asimilarlos y dar respuesta de manera flexible y asertiva.
  • El valor de las personas. Lo verdaderamente importante somos todos nosotros como seres humanos, todos somos corresponsables de todos.
  • Trabajo en equipo. La única manera de poder dar respuesta y solucionar la difícil situación que tenemos es a través de la organización y participación de todos, en los diferentes niveles: en la familia, en el SB, en la FM, en la UNAM, en México y en el mundo, todos estamos interrelacionados. Hace unos meses pensábamos que lo que pasaba en China tenía poco significado en nosotros, hoy la realidad se ha encargado de enseñarnos que todos estamos conectados y no sólo por el Internet, sino también como parte de los sistemas biológicos de la naturaleza.
  • Educación en línea. Las oportunidades que brinda la educación en línea se han revalorado y han ocupado un lugar protagónico, seguramente los modelos educativos cambiarán significativamente en todos los niveles en el mundo.

Agradezco y celebro la iniciativa de realizar las presentes memorias por parte de las autoridades de la FM; será sin duda un documento que en el futuro permitirá entender de mejor manera un momento único en el desarrollo de la FM, la UNAM y el México del 2020, contado por todos aquellos que vivimos esta coyuntura y que seguramente cada uno lo asimiló de forma distinta.

¡Muchas gracias a todos, a la comunidad de profesionales y trabajadores de la salud que atienden esta emergencia sanitaria, mi más sincero reconocimiento!

Mi experiencia en la pandemia

Francisco Javier Pérez Cruz

Como responsable de la administración de la Coordinación del Sistema Bibliotecario de la Facultad de Medicina, estos meses han sido, considero, de mucho aprendizaje, tanto en lo personal como en lo laboral, aprendizaje que nos vimos forzados a adquirir, ya que esto llegó de golpe, inesperado, como a veces suelen llegar los grandes cambios u oportunidades a nuestras vidas. Algo que el ser humano ha hecho desde el principio de su existencia y por lo cual es la especie dominante hasta ahora. Se puso a prueba, de nuevo, la capacidad de adaptación.

Vamos por partes, no sólo pasa por la capacidad de adaptación, sino también la respuesta que se da ante los momentos de crisis, es ahí donde podemos poner a prueba nuestra toma de decisiones, la cual es tan socorrida en el ámbito administrativo. Se dice que a los administradores nos tienen ahí para tomar decisiones, sin embargo, en mi perspectiva, eso lo hacemos todos y no es limitativo de la profesión del administrador, simplemente nos enseñan a tomar decisiones bajo un proceso muy bien estructurado, pero basta con que alguno de los factores se comporte diferente a lo analizado para que esa decisión se vuelva en nuestra contra, como el simple hecho de no recomendar el uso de cubrebocas, por ejemplo. Pero no entraré en controversia y mejor plasmaré lo que a mis ojos ha sido un proceso de aprendizaje continuo día a día, con un bombardeo y cambio constante en la información que, creo, nunca habíamos tenido.

Me encontraba en una reunión, en la sala de juntas de la Secretaría General, todo normal, COVID-19 era parte de las conversaciones cada vez más recurrente, percibía que no estábamos alertados ni por poco de lo que iba a venir. Recuerdo estar tomando nota de actividades, responsables y fechas (Gantt se me vino a la mente) cuando una frase empezó a cambiar mi perspectiva de lo que podía venir. La titular del área donde se realizaba la reunión atinó en decirnos: “Tengan cuidado y contemplen otras fechas por si se nos atraviesa COVID”. Después de ello todos nos volteamos a ver, con ojos de asombro, preocupación, pero sabedores de que esa información no tenía que pasar desapercibida.

Pasaron dos días, recibí una llamada del Jefe de Departamento de Bienes y Suministros: “¿cuánto gel requieres? ¿y cuántos despachadores?, ya fuimos por ellos, ¡hay que pedirlos ya!”; cuando llegué a la Biblioteca, efectivamente, ya se estaban instalando despachadores en cada acceso, pasillo o vía de circulación. Ahí fue cuando me di cuenta de lo que venía. Todo ese día estuve recolectando insumos para colocar dentro de la Biblioteca, buscarle acomodo, solución de hipoclorito con agua para las mesas de trabajo, gel, despachadores, sanitas, etcétera, todo en un día. Al día siguiente nos dieron la instrucción que más que preverla nos llegó de golpe: se cierra la Biblioteca y se suspende el servicio a los alumnos. Acudimos una semana más a las instalaciones, ya sólo labores académicas y administrativas, después vino el cierre total de la Facultad.

En definitiva, percibí que la reacción de nuestras autoridades fue inmediata, con las decisiones correctas y me sentía seguro, por estar dentro de la Facultad de Medicina y porque sabía que las decisiones que se siguieran iban a ser las correctas. Cuatro meses después veo que no estaban equivocados, los días posteriores acudí, el trabajo del administrador en gran parte es estar al pendiente de las instalaciones, por lo cual, aun con la pandemia encima, no se podía dejar pasar, aunado a los procesos administrativos (como el pago de nómina), los cuales se realizan forzosamente de manera física. En general el personal administrativo también mostró una conducta de responsabilidad, por lo menos los que acudían, todos con sana distancia, todos desinfectándose las manos, todos con cubrebocas.

La comunidad de la Facultad ha demostrado una unión que no se limita al espacio físico, hoy en día seguimos interactuando con cada área, puede ser que incluso más de lo que lo hacíamos presencialmente. Las TIC nos presentan una oportunidad muy importante que considero se debe explotar al máximo; aquí antepondría la modernización en los procesos administrativos, tenemos la capacidad de apoyarnos de la tecnología para realizarlos, ojalá esto se pueda plantear a nivel universidad, que esta situación forzada por la covid-19 no sea problemática, sino el inicio de soluciones inteligentes a futuro para el uso de las tic a nuestro favor en muchos aspectos de nuestro andar universitario. Sólo espero leer esto en algunos años y ver que covid nos haya dado ese empujón que necesitábamos para lograrlo.

Mi experiencia en tiempos de pandemia: una reflexión

Mercedes Cabello

Era mediados de marzo de 2020 y estábamos por llegar al primer trimestre del año, apenas era el comienzo de muchos proyectos que teníamos por delante para la Biblioteca y a nivel personal. Desde finales de 2019 y principios de 2020 sabíamos por medio de las noticias que en China se había desarrollado un virus nuevo del que poco se sabía, que estaba causando varias muertes y ya se había extendido a lo largo del mundo; el primer caso confirmado en México había sido dado a conocer el 28 de febrero y estábamos a la expectativa de qué sucedería en la ciudad y el país entero.

De repente, todo pasó tan rápido, la primera semana de marzo una fuerte campaña sobre el estornudo de etiqueta y el lavado constante de manos; la segunda semana límites a la cercanía humana, cero saludos de beso y abrazo (y para “las pulgas” del mexicano, acostumbrado a ser efusivo en sus demostraciones de cariño hacia los demás), desinfección de las áreas de trabajo y por todos lados empezó a circular el gel desinfectante. Finalmente, la tercera semana, llegó lo inimaginable: por órdenes oficiales se suspendían clases y actividades donde hubiera altas concentraciones de personas. Desde ese 17 de marzo todo se convirtió en incertidumbre y había que estar al pendiente de las noticias y medios oficiales. Fue imposible no recordar lo ocurrido en 2009 con el virus A-H1N1 y la frase “no sabemos qué va a suceder” empezó a ser común.

Se nos indicó retirarnos a casa y trabajar desde nuestro hogar, una nueva realidad iba naciendo, una nueva forma de vivir se estaba gestando y había que estar a la altura. La Biblioteca no podía escapar a ello, al contrario, tenía que ser el ejemplo de acercarse a los usuarios a pesar de las restricciones, y la tecnología jugaría un papel importante ante las situaciones que estábamos viviendo y estaríamos por vivir. Entre toda la incertidumbre y la información que se generaba diariamente, cada fecha que se mencionaba como un probable regreso a la “normalidad” se convertía en una luz de esperanza y también reflejaba la falta de cultura que hay con respecto a la prevención y normas para una convivencia saludable cuando una situación como ésta aparece.

Por esa razón había que pensar para el futuro, pensar en el ¿qué vamos a hacer cuando regresemos? ¿cómo hay que comportarse? ¿cómo cuidarse? ¿qué hacer en un lugar como la Biblioteca que recibe tantas visitas al día, donde la convivencia humana es el pan diario y tocar libros y espacios comunes pueden ser focos de contagio? Cuando menos me di cuenta, ya estaba investigando sobre lo que hicieron otras bibliotecas a nivel internacional para continuar proporcionando servicios a sus usuarios1. Junto con otros académicos de la Biblioteca comenzamos a pensar en ese futuro, revisamos la documentación producida por otras instituciones y asociaciones similares a nosotros2, 3, 4 y aprendimos de sus experiencias para adaptarnos a nuestra nueva realidad.

Bien dicen que dentro de lo malo siempre hay algo bueno y puedo decir que esta pandemia me dio la oportunidad de vivir los tres meses más interesantes y de mayor aprendizaje de mi vida; a la vez, pude convivir con mi madre como no lo había hecho en muchos años hasta el día de su muerte por razones ajenas a la COVID-19; descubrí que todavía hay sentimientos genuinos de amistad y cómo las contingencias te unen con personas especiales; puso y sigue poniendo a prueba mi paciencia e inteligencia tanto profesional como emocional y, sobre todo, me ha dado la oportunidad de agradecer por cada día que abro los ojos y existe la oportunidad de vivir para aprender algo nuevo.

Referencias

  1. COVID-19 and the Global Library Field (2020). La Haya, Países Bajos: IFLA. Disponible en: https://www.ifla.org/covid-19-and-libraries
  2. Recomendaciones REBIUN para un protocolo sobre reapertura de las bibliotecas universitarias y científicas, directrices y recomendaciones (2020). Madrid: Universidades Españolas; Red de Bibliotecas REBIUN. Disponible: https://rebiun.xercode.es/xmlui/handle/20.500.11967/510
  3. Guía para la reapertura de las bibliotecas universitarias en tiempos de COVID-19. (2020). Tuxtla Gutiérrez, Chiapas: Consejo Nacional para Asuntos Bibliotecarios de las Instituciones de Educación Superior (CONPAB-IES). Disponible en: https://www.flipsnack.com/BibliotecaUnach/guia-para-la-reapertura-de-bibliotecas-universitarias-1ufgfqfunf.html
  4. Protocolo de bioseguridad para la reapertura de las bibliotecas del Sistema Bibliotecario y de Información de la UNAM, posterior al confinamiento precautorio ante la pandemia ocasionada por SARS-CoV-2 (2020). México: UNAM, Secretaría de Desarrollo Institucional, Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información. Disponible en: http://dgb.unam.mx/extras/pdf/protocolo/protocolo-Bioseguridad-Reapertura-SIBIUNAM.pdf

Servicios de información y pandemia: el papel de la Biblioteca Médica Digital

Alejandra Martínez del Prado

El escenario que enfrentamos a nivel mundial nos ha obligado a modificar y realizar varias de nuestras actividades a distancia, incluida la educación, y en este ámbito la Biblioteca juega un papel fundamental, pues es ineludible la necesidad que tiene de ofrecer servicios de información especializados de forma eficiente y adecuada para los alumnos, profesores, médicos y comunidad académica de la Facultad de Medicina.

Antes de la pandemia, la Biblioteca Médica Digital, como parte del Sistema Bibliotecario de la Facultad, era muy utilizada por gran parte de su comunidad, debido a que la mayoría se encuentra distribuida en las diversas sedes clínicas fuera de Ciudad Universitaria, sin embargo, desde marzo de 2020 el 100 por ciento de la comunidad comenzó a hacer uso de ella. Esta situación ha resultado una gran oportunidad para que sea más visible, valorada y confiable por la comunidad de la Facultad de Medicina y por la comunidad de la UNAM, y precisamente detrás de los servicios de información especializada nos encontramos los bibliotecólogos y bibliotecarios, quienes debemos encontrar un equilibrio entre los elementos más importantes de cualquier biblioteca, usuarios, colecciones y servicios de información.

La forma en que nuestra comunidad ha utilizado la Biblioteca Médica Digital ha sido a través del Servicio de Acceso Remoto, mediante el cual puede ingresar a todas las colecciones electrónicas, incluyendo libros electrónicos por licenciaturas, bases de datos integrales, recursos académicos sobre COVID-19 y acceso a recursos en evaluación, estos dos últimos de forma temporal.

Si bien la Biblioteca Médica Digital ha construido un liderazgo en bibliotecas especializadas en ciencias de la salud, continuamos desarrollando estrategias que permitan la mejora de sus colecciones y servicios que respondan a las demandas de información actuales de su comunidad, acordes a la situación que vamos viviendo.

El trabajo a distancia en el desarrollo de colecciones impresas

Angélica María Rosas Gutiérrez

El confinamiento por la contingencia sanitaria irrumpió abruptamente nuestra vida laboral, y con ello la personal, puesto que las actividades que realizábamos de manera presencial pronto tuvimos que atenderlas desde el hogar. En la Biblioteca de la Facultad de Medicina comenzamos a replantear los procesos involucrados en la gestión y desarrollo de las colecciones impresas para poder satisfacer las necesidades de información a través de los libros solicitados por las bibliografías de los planes de estudio de la Facultad de Medicina, así como los requeridos por los académicos y alumnos. Comprendimos la importancia de fortalecer las colecciones digitales, pero también la necesidad de dar continuidad al fortalecimiento de materiales impresos, ya que no todo lo demandado se encuentra disponible en formato digital.

La comunicación entre las instancias centralizadoras, así como la comunicación interna involucrada con la adquisición de libros, requirió establecer formas para que los procedimientos jurídico-administrativos se iniciaran en una modalidad a distancia, pero con la claridad de que todos los documentos originales correspondientes a los procesos de adquisición se materialicen una vez iniciadas las actividades en las instalaciones universitarias. La COVID-19 planteó un reto para el cual no estábamos preparados en toda la UNAM: contar con un sistema integral y eficaz que permitiera realizar procesos y autorizaciones en un ambiente completamente digital y validado por las instancias involucradas tanto internamente como en las dependencias centralizadoras.

El riesgo de contagio por la COVID-19 también nos planteó la necesidad de garantizar medidas de seguridad para la salud del personal involucrado en la recepción y procesamiento del material de reciente adquisición. Aunque la Organización Mundial de la Salud expresó que no había evidencia de contagio a través de objetos (tipifiquemos al libro como un objeto), las recomendaciones generales en el ámbito bibliotecario profesional para evitar las infecciones fueron mantener los libros en cuarentena. Fue así que desarrollamos lineamientos para el ingreso de estos materiales. Lo anterior nos exigió reforzar la comunicación con los proveedores, a fin de respetar los lineamientos para seguridad de todos.

Las dinámicas de trabajo a distancia implicaron aprender el uso de las plataformas de comunicación como Zoom (principalmente), para su mejor aprovechamiento, tomando seminarios a distancia como los organizados por la entonces llamada Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia, ahora transformada en la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (cuaieed). También utilizamos con mayor frecuencia la tecnología móvil y, en lo particular, tuvimos que romper con los horarios laborales para atender los requerimientos que generó el trabajo en modalidad home office. Por otra parte, en el ámbito profesional-laboral, tuvimos que atender los foros que la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información de la UNAM organizó y continúa organizando de manera virtual para conocer las implicaciones técnicas y teóricas en el desarrollo y tratamiento de las colecciones impresas en el Sistema Bibliotecario Universitario.

Referencias

La Biblioteca Médica Digital y sus recursos

Guadalupe Vanessa Carolina Gutiérrez Hernández

La pandemia por covid-19 tuvo un impacto a nivel global, lo que provocó que las bibliotecas se vieran en la necesidad de cerrar sus actividades presenciales de una forma casi inmediata (ifla, 2020). En el momento de redactar estas memorias, a cinco meses de iniciado el confinamiento en la Ciudad de México, las bibliotecas se encontraban redoblando esfuerzos, ideando políticas y estrategias de trabajo para ofrecer mejores servicios de consulta a distancia (Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 2020).

Con el apoyo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las bibliotecas digitales reforzaron su papel en cuanto a los servicios remotos y se convirtieron en la principal opción para la consulta de información validada, y nuestra Biblioteca Médica Digital (BMD) no fue la excepción. Por mencionar algunos datos, durante el periodo de enero a julio de 2020, la BMD tuvo un total de 730,695 visitas, un 20 por ciento más que el año anterior (Facultad de Medicina, 2020).

Siguiendo como eje rector la Misión y Visión del Sistema Bibliotecario y ante la gran cantidad de información generada durante ese periodo, se desarrolló una página web denominada “COVID-19”, la cual contiene recursos de información libre (artículos, recursos electrónicos, revistas) de las principales fuentes médicas con relación al virus SARS-CoV-2. Sin duda, su principal fortaleza fue la selección de contenidos realizados por la comunidad académica y de bibliotecólogos de la Facultad de Medicina (Facultad de Medicina, 2020). Siendo la tercera página más consultada en la BMD con un total de 15,687 visitas (Facultad de Medicina, 2020).

Con el fin de establecer colaboración interinstitucional, el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM, la Coordinación de Comunicación Social, el Departamento de Microbiología y Parasitología y el Sistema Bibliotecario de la Facultad de Medicina desarrollaron de manera conjunta la comunidad COVID-19 dentro del Repositorio Universitario de la Facultad de Medicina. Los tipos de documentos incluidos fueron los generados con fines de difusión por la comunidad académica de la Facultad relacionados con COVID-19 (Facultad de Medicina, 2020).

Referencias

Acceso a libros de las bibliografías

Virginia Reyes Leal

En el año 2011 se realizó la primera adquisición de libros electrónicos de la bibliografía de la Licenciatura de Médico Cirujano, y en 2013 se hizo la segunda adquisición de la misma licenciatura.

A partir del año siguiente se tomó como una actividad permanente para la revisión de localización de los vínculos que se encuentran registrados en la plataforma de LIBRUNAM, para así ofrecer a los estudiantes de pregrado otra forma de tener acceso a estos libros.

Se trabajó en colaboración con los responsables de las materias del Plan de Estudios 2010 y se tomó el mapa curricular de la Licenciatura de Médico Cirujano, así como de las demás licenciaturas, como Fisioterapia y Ciencia Forense, realizando esta actividad de revisión considerando principalmente la bibliografía básica y complementaria.

Esta revisión a la fecha se ha considerado muy importante, ya que a los alumnos que asisten a las sedes clínicas les permite tener acceso a este material a través de su clave de acceso remoto.

Derivado de la situación que estamos viviendo, resultó ser de un gran apoyo, dándole un mayor uso a estos accesos. Asimismo, se ha realizado el “Taller Virtual de la Biblioteca Médica Digital”, que permite mostrar dónde y cómo se encuentran los libros electrónicos de las diferentes licenciaturas.

Una nueva forma de vivir

Juan Carlos Segundo Elías

El martes 17 de marzo de 2020 no fue otro día más, tomé mi automóvil y comencé la travesía a mi querida casa, a mi Ciudad Universitaria, a la Biblioteca de la Facultad de Medicina. En las noticias todo era confusión, pedían que no saludáramos de mano, ni de beso, había que lavarnos las manos durante 20 o 30 segundos. –¿A dónde nos llevará esto?– me pregunté. La ciudad parecía la misma, no había nada que me indicara otra cosa, pero al entrar por Cerro del Agua, todo parecía distinto. Ciudad Universitaria estaba vacía, las autoridades decidieron suspender las clases, los académicos estábamos expectantes. Los siguientes tres días pasaron como ese primer día, saliendo temprano, sin usuarios. Yo empecé a ver las soluciones en videoconferencia que la unam tenía disponibles, lo único que quería era que pasaran pocos días para volver a saludar a mis servidores de cómputo, a mis alumnos con quienes nos quedamos en las últimas sesiones de Informática Biomédica I. Ese jueves 19 de marzo preparamos la mecánica de las videoconferencias, configuré algunas laptops para irnos, pensé que regresaríamos después de Semana Santa, pero las noticias empeoraban en vez de mejorar, salí de mi oficina, salí de la Biblioteca, no sabía que en los siguientes meses no volvería a entrar a ella, y esa zozobra apenas comenzaba, era como el inicio temprano de una pesadilla.

Tener trabajo en casa es muy divertido, creo que estoy más atento, más tranquilo por no estar enfrentándome al tránsito de la ciudad y a que debo llevar a mi madre al trabajo, me siento en un sueño y ya no en la pesadilla, pero no puedo salir, no quiero salir, todos los insumos vitales son entregados en casa; siento que si salgo me puedo infectar, que el SARS-CoV-2 es un virus que puede entrar por cualquier resquicio de mi casa, lo lavo todo, lo limpio todo, no importa que mi vida haya cambiado tanto con tal de conservarla.

Todos estamos disponibles para las reuniones de trabajo, tenemos muchas y variadas, pero no tenemos a nadie a quien atender, a quien sonreírle, a quien indicarle que no tiene multa por su préstamo de libro, nadie que se queje de que no lo atienden. Los comentarios vienen de mi celular, aquel que era mi instrumento de trabajo, que se ha convertido en la forma primitiva de comunicarme, porque es hasta estos tiempos en los que valoro la verdadera comunicación inteligente, vanguardista, la que se hacía frente a frente, sonrisa a sonrisa. La pandemia de la covid-19 nos ha traído una nueva forma de vivir, ojalá tenga la inteligencia para adaptarme completamente a ella, sin dejar atrás a quien he sido, pero naciendo un nuevo yo quien luche por sobrevivir; antes lo hacía por la vida misma, hoy es por el nuevo yo.

La pandemia, oportunidad para promover el renacimiento de la biblioteca histórica

Oscar Maya Corzo

¿Qué de malo nos ha traído la pandemia de la covid-19 a la Biblioteca Dr. Nicolás León? Lo primero es estar alejados de nuestra comunidad de usuarios; lo segundo, haber cerrado totalmente los servicios; lo tercero, estar incomunicados y a ciegas con nuestro universo bibliotecario inmediato. Al ser una biblioteca que presta servicios convencionales, en los cuales las tecnologías intervienen marginalmente, no existe la posibilidad de establecer o construir canales de comunicación en contingencias como la actual. Y eso crea una sensación de vacío, el cual durará tanto como dure el aislamiento institucional. Es la memoria de un tiempo que fue de contactos y cercanías físicas y que hoy día existe con profundas separaciones y exclusiones.

En todo esto ¿habrá algo positivo? Lo hay. Este periodo especial nos ha permitido ver cuáles son aquellas acciones que en la biblioteca nos hacen fuertes, o únicos, dentro del inmenso, rico y múltiple ecosistema bibliotecario y de servicios de información de la UNAM. Y también hemos podido revisar en dónde está nuestro “talón de Aquiles”, lo que hace que cojeemos y a veces no podamos avanzar con la rapidez que deseáramos. Las adversidades pueden ser una buena maestra que despierte la imaginación para la toma de decisiones, la mejora de las acciones y la consolidación de los aciertos. Nosotros, habitantes del espacio histórico y antiguo, debemos dar un paso enorme hacia el presente digital. No hay excusa que sea válida para posponer la inclusión de los servicios, el desarrollo de colecciones, las comunicaciones en el ámbito digital. Es una responsabilidad, y una necesidad también, tener siempre una puerta abierta en la virtualidad para no quedar aislados del mundo, para no romper la relación con nuestros usuarios.

¿Qué es lo que viene o debe venir? Transitar hacia la digitalización y las plataformas digitales de comunicación y enseñanza. Establecer nuevas relaciones con los usuarios y las comunidades académicas, abrir más rutas hacia personas e instituciones que estando distantes podrían, tienen que, reducir la lejanía geográfica o temporal. Es una oportunidad para promover el renacimiento de la biblioteca histórica, con sus magníficos fondos, en medio de la interacción y las oportunidades digitales. Había intenciones de caminar hacia ese polo, de estar allí algún día, la coyuntura y la necesidad nos llevan irremediable y muy afortunadamente hacia ese horizonte. Si se han perdido meses y usuarios, podemos ganar mucho con una biblioteca renacida y viva. Ese es el reto y esa es la apuesta.

Anteponiendo la salud en la recepción de materiales

Heriberto Rolando Rodríguez Paredes

Antes de la suspensión de labores por la pandemia de covid-19: Aunque fueron escasamente dos días, se puede decir que la situación laboral fue confusa porque no había un protocolo de salud preventivo a seguir. También era de hacinamiento porque no se conocía, por ejemplo, la sana distancia.

Durante la suspensión de labores por la pandemia de COVID-19: de manera provisional se realizó la aplicación de los “Protocolos de bioseguridad para la reapertura de las bibliotecas del Sistema Bibliotecario y de información de la UNAM, posterior al confinamiento precautorio ante la pandemia ocasionada por SARS-CoV-2”, principalmente en la recepción de materiales nuevos.

Fueron varias editoriales a las que recibimos tales como: Editorial Médica Panamericana, Méndez Editores, Editorial McGraw-Hill, entre otras. La editorial más voluminosa en cuanto a material fue Médica Panamericana, con 63 cajas equivalentes aproximadamente a 300 ejemplares.

Se siguió el protocolo de protección personal por parte de los trabajadores que estuvieron involucrados en la recepción de materiales. En dichos insumos de protección personal se incluyó: cubrebocas de tela, guantes de plástico y de algodón, bata de algodón, careta, pluma personal y gel. Dichos materiales personales fueron lavados y reutilizados de nueva cuenta, ya que en diferentes ocasiones se hizo la recepción de nuevos materiales, los cuales entraron en un periodo de cuarentena por 14 días. Algunas cajas tenían la leyenda “Made in China”.

Cabe destacar que en el lugar específico del Departamento de Procesos Técnicos NO hubo más de cuatro personas en un área de 42 metros cuadrados (cuarto de seis por siete metros). Dando como pauta una seguridad confiable y agradable, sin correr riesgo de un posible contagio.

En las actividades se continúan aplicando los protocolos, sobre todo anteponiendo la salud personal y la de todo trabajador que se encuentre realizando sus tareas pertinentes.

La pandemia COVID-19 y mis actividades en el Sistema Bibliotecario

Javier Cruz Díaz Castorena

Covid-19 es una enfermedad que escuchaba estaba en el otro lado del mundo, pero poco a poco se fue acercando, tanto que empezaban a darse conferencias sobre ella en la Facultad, a las cuales asistí con expectación. Dijeron que era inevitable que llegara a México, que era muy peligrosa y había que tomar medidas de higiene extremas. Decían que lo más recomendable era aislarnos en casa, como sucedió en China y en otros países. Y me preguntaba si eso era posible hacerlo aquí. Reflexionaba en cómo afectaría mi vida familiar y académica, cuando se dio la orden de terminar el semestre de Informática Biomédica I que estaba impartiendo y entregar calificaciones. La Biblioteca cerró el ingreso a los usuarios, aunque seguíamos trabajando internamente, una semana después dijeron que lleváramos lo posible para continuar en casa porque ya no asistiríamos a laborar. Ya en el hogar, agradecí a todos la preparación que tuve para lograr ese objetivo, y le pedí a Dios ayudara a los que no podían hacerlo.

Es entonces cuando tomó mayor relevancia la Biblioteca Médica Digital y los acervos que se pueden consultar en ella. Se me asignó coordinar los cursos presenciales sobre su uso desde sus inicios hace más de 20 años. En estas nuevas circunstancias se diseñó un “Taller Virtual de la Biblioteca Médica Digital” que fuera más allá de un webinar, con el objetivo principal de ofrecer una guía para su uso. Catorce personas del Sistema Bibliotecario trabajaron durante cinco semanas para desarrollarlo. Se abrió un aula virtual en la plataforma Moodle y se complementó utilizando la plataforma Zoom para las nueve sesiones semanales en vivo que contiene el programa. Todo el personal académico del Sistema Bibliotecario participa como profesor.

El taller está dirigido a personal académico y estudiantes vigentes de pregrado y posgrado, ya que a ellos se les tramita año con año las claves de acceso remoto para que ingresen desde su casa, sede clínica o sede de Servicio Social. En esta contingencia se ha estado al pendiente de resolver cualquier duda sobre estas claves, también sobre el acceso a las bases de datos de la Biblioteca Médica Digital.

Se inició con un grupo planeado para 60 personas, pero se amplió a 80. Fue tanto el éxito y la demanda que se abrió otro grupo con 120 personas. Pero como lo siguieron solicitando, se acordó en abrir un tercer grupo con más capacidad. Se logró el objetivo de interactuar con los participantes y resolverles sus dudas al momento de sus prácticas.

También participo en la organización de las reuniones de la Comisión de Bibliotecas, que es nuestro organismo rector, tiene el objetivo de coadyuvar a la consolidación y desarrollo del Sistema Bibliotecario. Lo integran 19 personas entre autoridades, responsables de las bibliotecas, coordinadores de las licenciaturas, representantes de las áreas clínica, básica y sociomédica, de personal académico, administrativo y alumnos. Asumieron esta actividad con un gran compromiso.

En las sesiones virtuales que se tuvieron que implementar, se dio un énfasis especial a fortalecer las colecciones de la Biblioteca Médica Digital, ya que en esta contingencia se volvió un recurso indispensable para los proyectos académicos de la comunidad, especialmente los de investigación y docencia en línea.

Desde hace años tengo mis usuarios en línea, continúo haciendo sus estudios de citas, obteniendo los documentos que me solicitan y, sobre todo, no dejarles dudas en las asesorías para acceder a la información que necesitan. El apoyo al Curso de Instructores de Farmacología ahora fue también en línea, diseñé la clase y puse cuatro actividades; yo mismo me ahorqué porque había que dar retroalimentación y fueron 41 inscritos.

Mi hermana me dijo que ahora trabaja más, le comenté que me pasó lo mismo, y es que tener en tu casa tu centro de trabajo, en estas circunstancias, ha representado aprender a manejar la tecnología, atender correos electrónicos, grupos de WhatsApp, sesiones de Zoom o Meet, realizar las actividades de apoyo que nos solicitan, preparar documentos y todo lo necesario para atender a tu comunidad, lo que requiere de mucho tiempo y dedicación. Pero, al igual que presencialmente, se obtiene una gran satisfacción cuando lees las gracias o escuchas esas palabras cuando estás conectado.

También leí antecedentes de pandemias, si no hay vacuna puede durar dos o tres años. A ocho meses se vislumbran algunas, como un bebé en gestación. Hay que tener fe y ver el futuro con esperanza.