De acuerdo con datos del INEGI, en México se estima que hay 30.6 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años, los cuales representan el 25.7 por ciento de la población total. Las principales causas de enfermedad en este grupo involucran padecimientos de tipo infeccioso, todos ellos prevenibles; además, al unir los porcentajes de sobrepeso y obesidad, la prevalencia para las mujeres fue de 39.8 por ciento y 33.7 por ciento de los hombres en 2018; asimismo, el consumo de alcohol y tabaco en esas edades es frecuente, sobre todo en población masculina.

“Al momento de realizar exámenes médicos a estudiantes de nuevo ingreso nos hemos percatado de que muchos de ellos, con un promedio de edad de 18 años, tienen enfermedades diagnosticadas o factores de riesgo derivados de prácticas no saludables. En el examen del año 2017 el 2 por ciento presentó hipertensión arterial y el 5 por ciento diabetes mellitus”, apuntó la doctora Guillermina Arenas Montaño, Académica de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM.

En el caso concreto de las carreras de Medicina, Enfermería, Optometría, Psicología, Biología y Odontología, resaltó que en los planes y programas de estudio predomina la enseñanza para atender las enfermedades y sus complicaciones, y no se promueve el autocuidado de la salud de los alumnos en la dimensión biológica, física, social y espiritual, dándole más importancia al cumplimiento de los programas de estudio, provocando desvalorización de prácticas de promoción de la salud a nivel personal y colectivo con los pacientes.

Por otra parte, se refirió al modelo médico hegemónico curativo implementado desde hace décadas en México, basado en el uso de hospitales, medicamentos y tecnología como los únicos medios para preservar la salud, un paradigma que sólo beneficia a las personas que cuentan con recursos económicos suficientes para acceder a los tratamientos y donde se minimiza la prevención de enfermedades.

En el Seminario Permanente de Salud Pública, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, la doctora Arenas Montaño destacó que el cuidado de la salud no solamente recae en los profesionales de Medicina y licenciaturas afines, sino que es una tarea que también le compete al gobierno, siendo de vital importancia enfocarse en los determinantes sociales de la salud y no solamente en la atención de los enfermos. “Invertir en promoción de la salud tendrá beneficios para todos; además, si la Universidad modifica y actualiza los planes de estudio dándoles un carácter preventivo, seguramente podremos cambiar el enfoque de atención en el país; si la pandemia no nos impulsa para hacer estas modificaciones, probablemente ya nada lo hará”, comentó.

Por otra parte, advirtió que hasta un 35 por ciento de los jóvenes universitarios matriculados desertan o abandonan la licenciatura en el primer año por motivos de origen múltiple, entre éstos: causas de morbilidad y mortalidad prematura, consumo de drogas, embarazos no planeados, lesiones y exposición a la violencia. “Tenemos que convertirnos en universidades promotoras de la salud e incorporar la promoción de la salud en los proyectos educativos y laborales”, concluyó.

Ricardo Ambrosio