La Facultad de Medicina de la UNAM reconoció y celebró a sus docentes que durante 2020 cumplieron 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45, 50 y 55 años de labor académica; así como 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45, 50, 55 y 60 años en el 2021.

En las Ceremonias virtuales del Día de la Maestra y el Maestro, el doctor Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina, agradeció a las y los académicos que han formado parte de la planta docente por tantos años en las diferentes áreas del saber y en las licenciaturas de Médico Cirujano, Investigación Biomédica Básica, Fisioterapia, Ciencia Forense, Neurociencias, el PECEM y, a partir del próximo ciclo escolar, de Ciencia de la Nutrición Humana.

“Muchas gracias a todas las profesoras y profesores, pues hoy somos lo que somos, y la Universidad es lo que es, por el ejemplo que ustedes han dado durante tanto tiempo a las y los alumnos. Ellos son nuestra razón de ser y nuestra vocación. Muchísimas felicidades”, resaltó el doctor Fajardo Dolci.

Asimismo, indicó que son importantes las habilidades, destrezas, conocimientos y competencias que las y los docentes han transmitido a sus estudiantes a lo largo de los años, pero lo son más los principios y valores, los cuales son fundamentales en la práctica médica hoy y siempre.

Finalmente, recordó a las y los académicos que durante esta pandemia nos han dejado: “A todos ellos, a los que no pueden estar con nosotros, nuestro reconocimiento y nuestro acompañamiento a sus familiares”, expresó.

Por su parte, el doctor Alberto Lifshitz Guinzberg, Académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, habló en nombre de las y los profesores que cumplieron 50 años de labor académica: “Agradezco la distinción para expresarme en nombre de las y los profesores clínicos. La oportunidad de ser docente en Medicina significa por lo menos la ocasión de multiplicar las acciones benéficas de la profesión, que se potencian a través de los discípulos. Pero la trascendencia de esta labor se destaca mejor cuando se logra que los alumnos superen al maestro, de manera que no es sólo tener un hijo, escribir un libro, ni plantar un árbol, sino lograr que ellos te superen”.

También destacó que el paciente y el alumno son parecidos, pues ambos son complejos, únicos, individuales, con defectos y virtudes, así como con disposiciones y dificultades, opiniones y desacuerdos, y vidas propias que complementan su afán de aprender más: “Conocer a su alumno equivale a conocer a su paciente”, aseguró.

Consideró que la pandemia ha representado un desafío formidable para las y los profesores de clínica, ya que su trabajo no se ha limitado a lograr un aprendizaje cognitivo e intelectual, sino que exige, sobre todo, uno sensorial y de sensibilidad humana.

“Expreso mi admiración a las maestras y los maestros que encontraron alternativas creativas para subsanar o al menos atemperar este reto que parecía insuperable. Felicidades en su día, pero sobre todo felicidades a quienes hacen necesaria y aprecian la labor docente al obtener y aprovechar los frutos del saber”, concluyó el doctor Lifshitz Guinzberg.

En su oportunidad, la doctora Paz María Silvia Salazar Schettino, quien también cumplió 50 años de labor docente, señaló que inició su vida en la academia cuando en su tercer año de la carrera el doctor Jorge Tay Zavala, entonces su maestro de Parasitología, la invitó a realizar su tesis; al siguiente año ingresó al Departamento de Microbiología y Parasitología y tiempo después dio sus primeras clases como adjunta.

Recordó que en su primera clase como titular, “era tal mi nerviosismo y angustia, combinado con pánico escénico de enfrentarme a los alumnos en la clase, que a los 20 minutos ya no tenía nada que decir y prácticamente salí corriendo del aula-auditorio en el edificio ‘A’. Posteriormente, me asignaron dos grupos de 75 alumnos cada uno, además de los oyentes. Los estudiantes escogían a sus profesores y hace algunos años me comentaron que mis grupos eran de los primeros que se llenaban».

Asimismo, consideró que la vida le asignó dos grandes misiones en la vida, la primera el ser madre, haber tenido una familia y un buen esposo que siempre la impulsó para que se siguiera superando; y la segunda, su carrera profesional, en la cual considera a la docencia la más importante, pues sigue aprendiendo para mejorar su forma de enseñar.

“Quiero agradecer a todos mis estudiantes, pero principalmente a aquellos en los que pude sembrar la semilla de la Parasitología, y en especial a las doctoras Martha Irene Bucio Torres y Margarita Cabrera Bravo, porque fueron mis alumnas en la carrera, luego en sus posgrados y siempre han caminado conmigo en este sendero de la Parasitología. Muchas gracias”, apuntó la doctora Salazar Schettino.

En las ceremonias también se brindó un reconocimiento especial a los académicos fallecidos: del 2020 y con 40 años de labor docente a Arturo Víctor Rosales Olivares, así como a Salvador Cuéllar y Martínez, quien cumplió 50 años de antigüedad académica; mientras del 2021, a Tomás García González, con 15 años de actividad docente, Estrella Mirella Cervantes García, con 30 años de labor, y a Javier Rolando Ambrosio Hernández, con 35 años.

A continuación algunas fotografías de académicas y académicos reconocidos. ¡Felicidades!

10 años

15 años

20 años

25 años

30 años

35 años

40 años

45 años

Onofre Muñoz Hernández

50 años

55 años

2021

10 años

15 años

20 años

25 años

30 años

35 años

40 años

45 años

50 años

55 años

60 años

Juan Cuauhtémoc Díaz Zagoya

Eric Ramírez y Axel Torres