La pandemia ha puesto en evidencia situaciones que se sabían previamente y que se había buscado cambiar, tal es el caso de la sobrecarga de trabajo y la brecha de género que enfrentan las madres trabajadoras, quienes tienen a cargo la crianza de sus hijos sin el respaldo del Estado, sin apoyos específicos de los empleadores y con un extra de labores relacionadas con cuidados no remunerados.

A propósito del recién festejado “Día de las Madres” el pasado 10 de mayo, la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, organizó una mesa de discusión para compartir experiencias y reflexionar sobre los retos, las oportunidades, los obstáculos y las necesidades que hay alrededor de la maternidad desde la perspectiva de madres de familia que son investigadoras en el área de salud mental y psiquiatría.

La doctora Vargas Huicochea ha analizado el tema de maternidad y pandemia desde mayo de 2020, y en esta ocasión convocó a investigadoras para reflexionar en la mesa de discusión titulada “¡Mi mamá es una científica! Investigadoras en Salud Mental/Psiquiatría: una carrera en la ciencia y una vida familiar”. La organizadora señaló que la pandemia y el confinamiento han impactado en la vida diaria de millones de personas que cada día deben conjugar trabajo, productividad y eficiencia con el cuidado de personas dependientes, donde además hay que sumar ahora tareas domésticas, lo que repercute en altos niveles de cansancio, ansiedad y estrés, en particular para las madres de familia trabajadoras. “Esta situación, además de visibilizar el ínfimo valor que se otorga a los cuidados en la sociedad, está exacerbando la desigualdad de género”, consideró.

En su oportunidad, la doctora Griselda Galván Sánchez, adscrita a la Clínica de Alimentación del Instituto Nacional de Psiquiatría «Ramón de la Fuente Muñiz» (INPRFM), contó de manera anecdótica lo que ha sido tratar de cubrir sus horarios laborales y el cuidado de sus hijos. Habló de cómo dejaba a su hijo en la guardería y era “la rara”: “Recuerdo que con mi hijo el mayor llegaba corriendo, con bata en mano, sin arreglar y con el tiempo encima porque tenía que llegar a tiempo para checar; nada que ver con las demás mamás, que estaban maquilladas, arregladas, algunas listas para irse al gimnasio, ¡yo siempre corriendo!”.

Mientras que la doctora Laura Alejandra Rico Uribe, Académica de la Universidad de La Rioja, España, aseguró que a ella le gusta mucho ser mamá, sin embargo, no cree que sea necesario romantizar la maternidad. “Para mí ser madre es parte del ciclo de la vida a la par de la realización profesional. En lo personal me genera conflicto decir ‘no puedo ser la persona multitasking y dar el 100 en todos lados’. Entonces es importante poner en la mesa el papel de la madre y el apoyo que necesitamos”, dijo.

La doctora Diana Patricia Guízar Sánchez, Investigadora del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, mencionó que el ser madre es “tener en tus manos la oportunidad de formar en todos los aspectos a un ser humano, físicamente pero también formar su conciencia y su individualidad, y ser parte de y compartir su crecimiento personal e individual. Creo que no es solamente que tú les enseñes, sino lo que te enseñan en las diferentes etapas que pasan, descubriendo un poco el mundo a través de sus ojos”.

Por su parte, la doctora Angeli Landeros Weisenberger, Investigadora Junior de la Universidad de Yale, compartió que, al llevar la maternidad estando ella y su esposo solos en Estados Unidos, sin su familia cerca, fue importante tener compasión por ella misma y darse la oportunidad de cambiar y adaptarse a las situaciones, y también crear un círculo o red social de apoyo para seguir haciendo su trabajo como investigadora y tener una familia al mismo tiempo. La académica expuso que, tras su segundo embarazo, al verse con una hija pequeña y enterarse de que sería madre de gemelos, decidió quedarse en casa trabajando a tiempo parcial por siete meses, y dedicarse de lleno a sus hijos, pues “ellos me necesitaban en ese momento”.

“Ser mamá es una experiencia que me atraviesa en toda la vida, fue algo muy elegido y deseado, pero yo decía ‘no me complemento con eso, necesito algo más’. Entonces empecé mi carrera de investigación y estaba completamente convencida de querer desarrollarme en la academia. Y para lograrlo fue muy importante el apoyo de mi familia y esposo”, destacó la doctora María Asunción Álvarez del Río, Académica en el DPSM.

La doctora Mónica Flores Ramos, Coordinadora del Área de Enseñanza del INPRFM, mencionó que en esta pandemia ha mejorado la comunicación con su hija, pues al estar en casa platican más y conocen mejor el entorno de la otra. Por ello, aconseja a todas las madres que se acerquen a platicar con sus niños y entiendan que hay comportamientos que son parte de su edad.

“Me he encontrado con dos posturas por parte de compañeros o superiores, una de ellas es que me quitan responsabilidades como si ya no fuera capaz de hacer lo de antes por ser madre, y la otra es que me exigen de la misma manera, como si de alguna forma no se me hubiera cambiado la vida, cuando la vida se me ha puesto ‘patas arriba’ completamente, entonces hay una serie de personas que te exigen como si nada hubiera cambiado y luego hay otras que hacen absolutamente lo contrario”, señaló la doctora Maria Cabello Salmeron, Investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid, al hablar de las actitudes que algunos colegas tienen con las investigadoras que son madres.

La doctora Shoshana Berenzon Gorn, Jefa del Área de Investigaciones Psicosociales del INPRFM, indicó que ”lo que vino a mostrarnos este encierro es esta ruptura entre lo público y lo privado, nos vino a poner en la cara una sobrecarga que nosotras mismas aceptamos ponernos; es decir, yo les decía un día a mis alumnos, hoy estuve en una conferencia en Nueva York, tuve una tesis de doctorado y limpié mis baños, y ¡todo lo hice en dos horas y media! Antes tenías estos espacios que a lo mejor eran igual de agotadores, pero que de alguna manera hacían invisible esta sobrecarga”, señaló al hablar del multitask durante la pandemia.

En su oportunidad, la doctora Marcela Tiburcio Sainz, Jefa del Departamento de Ciencias Sociales en Salud del INPRFM, habló acerca de su experiencia durante la pandemia. Durante este tiempo sus hijos cambiaron de nivel escolar y acostumbrarse a esta nueva modalidad les ha costado bastante trabajo; además, encontrar su espacio, su lugar y tiempo para hacer sus actividades, pero también procurarse alguna forma de esparcimiento, ha sido difícil. En el caso de su hija, sus amigos no están cerca de ella, por lo que está sola, “entonces me he tenido que volver su mejor amiga y compartir sus gustos y escucharla porque no tiene con quién compartir”. Además, el confinamiento permitió que sus hijos vieran qué es lo que ella realiza durante un día laboral.

En la voz y experiencia de las investigadoras invitadas, nunca ha sido una labor sencilla compaginar la maternidad y el trabajo académico pero, tras esta crisis humanitaria que estamos atravesando, las dificultades se han recrudecido y la salud mental de las mujeres en estas condiciones se ve comprometida. Es necesario generar espacios de apoyo, pensar en una red de soporte comunitario, repensar horarios y cargas de trabajo y, muy en especial, no invisibilizar estas condiciones de desigualdad que hoy por hoy requieren de atención y acciones, coincidieron.

Janet Aguilar y Eric Ramírez