Francisco de Asís Flores y Troncoso es recordado como el pionero de la historia de la Medicina mexicana gracias a su obra Historia de la medicina en México desde la época de los indios hasta la presente (1886); por otro lado, el doctor Arnoldo Kraus es un contemporáneo, autor de casi una docena de libros y colaborador en el periódico El Universal y la revista Nexos.

Estos médicos, que parecen lejanos en sus épocas, pero unidos por el amor a las letras, fueron el tema central en la tercera edición del “Ciclo de charlas para despedir la semana. La pluma y el estetoscopio”, organizado y transmitido desde el Palacio de la Escuela de Medicina.

“Tenemos un excelente cartel, pues contamos con la participación de la artista plástica Paloma Díaz Abreu y la escritora Celia Gómez Ramos, con quienes hablamos del futuro, pero conociendo nuestro pasado”, señaló Francisco Hernández, conductor del evento.

Celia Gómez Ramos recordó que estaba haciendo una investigación cuando encontró un ensayo de Felipe Vázquez sobre Francisco de Asís. Esto la atrapó en su historia e hizo que quisiera saber más y más. En su travesía llegó hasta la tesis del doctor Asís, donde se vislumbraba ese recuento sistematizado sobre la Medicina en México.

Por su parte, Paloma Díaz Abreu destacó que hay una gran tradición de médicos escritores en el país y para ejemplo está el contemporáneo Arnoldo Kraus, quien tiene una formación excelsa y participa en las áreas de la ética y la bioética.

“Lo que más me llama la atención de él y de sus escritos es su preocupación por los valores de ahora y cómo esto concuerda con la filosofía y la ética. Además de que posee una escritura sumamente estética, es un hombre sumamente humano y me parece de los médicos más cercanos”, indicó Paloma Díaz.

Entre los temas más destacados de este autor se encuentran el bien morir y la sexualidad bien entendida. Ambos son conceptos con muchos tabúes alrededor del país, pero que el doctor Kraus maneja de manera brillante, según la especialista.

Por otro lado, Celia Gómez habló de la Casa Xochiquetzal, a la cual calificó como “un homenaje a la defensa de la dignidad humana”, pues busca dar respuesta a las necesidades de trabajadoras sexuales de la tercera edad que son excluidas de la sociedad y de sus propias familias, y no tienen dónde pasar la noche.

“Esta casa surge cuando una trabajadora sexual, que transitando en la madrugada por avenida Circunvalación se percata de que hay unos plásticos ondeando debajo de las estructuras metálicas. Le pide al taxista que se detenga y encuentra a dos colegas ancianas resguardándose del frío y de la lluvia. En ese momento no sabía qué hacer, pero después de mucho trabajo de conciliación entre autoridades y feministas logró fundar un hogar seguro para ellas”, recordó.

Todo esto dio paso para un análisis final, en donde las invitadas dieron sus puntos de vista de cómo abordar con los más jóvenes los temas de la muerte y el sexo. En éste concordaron en que es importante enseñar sin miedos, sin evitar palabras que podrían considerarse “fuertes” y sin cargas simbólicas; simplemente decir las cosas como son y complementar las lecciones con artes como la poesía o el relato.

Eric Ramírez