Cuando hablamos de sexo nos referimos a las características biológicas de las personas, el sexo tiene diferentes componentes que determinan la morfología de los genitales internos y externos; cuando hay ambigüedad en los órganos sexuales se presenta la intersexualidad. El género, por su parte, es un constructo social que deriva del sistema patriarcal heterosexista; cuando estos estereotipos y roles no se cumplen, las personas pueden vivir represalias como violencia y discriminación.

“Si no entendemos la diferencia de los conceptos básicos sobre el género podemos discriminar a las personas por la expresión de su diversidad”, consideró la doctora Beatriz Cerda de la O, adscrita al Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”. En este sentido, explicó que la identidad de género es la percepción psicólogica íntima que permite que las personas se identifiquen como hombres, mujeres o algo intermedio entre estos.

Las personas cisgénero tienen una identidad de género que coincide con su sexo biológico. En las personas transgénero existe discordancia entre el sexo biológico y su identidad de género, por esto requieren cambiar a un rol cruzado (es decir, transitar su rol de género asignado socialmente a uno que sea congruente con su identidad), así como cambios físicos en distintos grados, incluyendo tratamientos hormonales y/o quirúrgicos que les permitan avanzar a la percepción de concordancia. Las personas travesti tienen preferencia por utilizar vestimenta perteneciente al rol cruzado y no necesariamente tienen una condición transgénero.

La orientación sexual es la atracción erótica y/o afectiva que se tiene por otras personas; se reconocen cuatro tipos: heterosexualidad (atracción por personas del otro género) homosexualidad (atracción por personas del mismo género), bisexualidad (atracción hacia personas de ambos géneros), y la asexualidad (no percibe atracción hacia ningún género).

Asimismo, la doctora Cerda de la O resaltó que en la CIE 11, publicada en el 2019 por la OMS, las expresiones de la diversidad sexual han sido eliminadas de los apartados correspondientes a trastornos mentales y han sido trasladadas a las condiciones relacionadas a la salud sexual, situación que permitirá que las personas accedan a la salud sin estigma y sin discriminación, ya que no hay evidencia científica para catalogar dichas expresiones de la diversidad sexual como padecimientos psiquiátricos.

En la conferencia moderada por la doctora Nashielly Cortés Hernández y transmitida por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, indicó que las minorías sexuales viven un estrés minoritario repetitivo debido a factores distales (acoso, discriminación y otras formas de violencia social) y proximales (autorechazo y autoestigma introyectados por los discursos sociales heterosexistas). Estos factores limitan el acceso a oportunidades igualitarias en distintos contextos, lo cual en personas con cierta vulnerabilidad genética puede contribuir al desarrollo de padecimientos psiquiátricos (depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, riesgo suicida, entre otros), los cuales pueden manifestarse con mayor frecuencia en las minorías sexuales que en la población general.

Por este motivo, indicó que es necesario librarnos de los prejuicios, acercarnos a la diversidad, estar conscientes de si la rechazamos, la toleramos o la celebramos, y como personal de salud transitar de los espacios de atención a modelos amigables acordes a la información científica actual que permitan el acceso a la salud con derechos humanos, perspectiva de género y de la diversidad, reconocer nuestros privilegios para generar inclusión e igualdad.

Ricardo Ambrosio