#ResilienciaEnPandemia

Para Édgar Esteban Alva Ávila, estudiante del Plan de Estudios Combinados en Medicina, lo que más lo ha impulsado a seguir adelante es tener objetivos inmediatos, así como a largo plazo. “Los inmediatos son útiles para tener un sentido más palpable de avance, y pueden ser objetivos muy simples, tales como asear el espacio de trabajo, preparar reactivos o hacer el quehacer de casa. Por otra parte, tener propósitos a largo plazo da una dirección concreta, en este caso, culminar mi proyecto de investigación. Aun así, considero que esos objetivos deben complementarse con tiempo de calidad con familia, amigos y consigo mismo. No considero adecuado regirse solamente por cuestiones de cumplimientos y logros, sino de vivir y convivir más íntegramente”.

Para adaptarse a esta nueva realidad, el alumno asegura que “más que un proceso, fue más bien como si el mundo fuera de casa se volviera un gran quirófano: portar un cubrebocas y lavarse las manos son reglas cruciales y ser cuidadoso con lo que se tiene contacto se han vuelto parte de la vida diaria. Por otra parte, la planeación y una rutina durante el día contribuyen a construir una estructura alrededor de la cual desenvolverse. Tener un plan para el día o la semana contribuye a experimentar esa sensación de avance, o como alguna vez alguien lo llamó ‘sensación de los días’, puesto que durante la cuarentena fue común sentir a veces como si el tiempo transcurriera sin divisiones perceptibles.

Asimismo, considera que para afrontar de forma saludable los cambios, primero se debe aceptar la situación de contingencia: “La familia y amigos son pilares para sobrellevar esta adaptación. Estas redes de apoyo, si bien nunca comparten intereses o puntos de vista totalmente compatibles con los propios, ofrecen justamente perspectivas y opiniones más diversas para afrontar los problemas más asertivamente. Finalmente, identificar los famosos ‘lugares felices’, que no precisamente deben ser un lugar, sino actividades o estados que la mayor parte de las veces ofrezcan esa sensación genuina de descanso, enfatizando el plural del término, ya que de remitirse a una sola actividad para distraerse, realizarla exclusiva y continuamente le resta cierto goce con cada repetición”.

Para Édgar Esteban ha sido muy útil  platicar con su familia y amigos, pues al platicarles sus inquietudes siempre le ofrecen puntos de vista, posibles soluciones o ánimos. También “escuchar música es vital para mí. Incluso no sólo el hecho de escuchar música, sino de buscar y encontrar música acorde al estado de ánimo es algo que me sirve tremendamente para canalizarlo. También, mi mascota, Kirei, una perrita Akita, me ha sido de muchísimo apoyo; creo muchísimo más de lo que su cerebro puede llegar a comprender. Incluso, durante la pandemia, ella desarrolló el hábito por las mañanas de tocar mi puerta para que le abrieran y posteriormente trepar a mi cama para dormir a mi lado antes de que yo me levantara. Dentro de las actividades a las que le tomé gusto fue escuchar podcasts, clips y documentales mientras hacía el quehacer de casa. Si bien el asear el espacio donde estoy es satisfactorio, a veces lo sentía como una pérdida de tiempo, así que comencé a buscar justamente contenido que sólo bastara escuchar para que pudiera ocupar mi vista en otra cosa. Y el tipo de contenido es muy variado: temas relacionados con mi carrera profesional, temas científicos de otras áreas, análisis de mis series y películas favoritas, o incluso las razones de por qué un meme se convirtió en tendencia, por mencionar algo ‘absurdo’”.

Por otro lado, afirma que entre universitarios debe existir comunicación, comprensión y empatía: “Saber qué es lo que pasa dentro de la comunidad para ofrecer puntos de vista, potenciales soluciones y apoyo, es crucial”.

Finalmente, reflexiona que la situación mejorará, porque “estos fenómenos son cíclicos, basta con voltear la mirada hacia la pandemia de gripe española de un siglo atrás. Los avances científicos junto con fenómenos inmunológicos que nos permitan sobreponernos ante el virus nos llevarán a ese punto tarde o temprano. Más bien, qué tan tarde o qué tan temprano es la pregunta relevante. Sin embargo, la pandemia era una cuestión que ya se hipotetizaba años antes de que ésta sucediera, por lo que considero deberíamos estar también conscientes de otros sucesos potencialmente desastrosos como la resistencia bacteriana a antibióticos o el cambio climático, en donde aún podemos tomar una postura un poco más preventiva”.

Lili Wences