#TalentoFacMed

Manuel Enrique Bolaños Estrada empezó a leer a los tres años de edad cuando su tía le enseñó en una visita al hospital. Unos años después, cuando aprendió a escribir en segundo de primaria, se dio cuenta de que no sólo era algo que disfrutaba mucho sino algo que le era fácil. Fue finalista de la Olimpiada de Escritura y Literatura del CCH, concursando con un ensayo filosófico sobre el ser y el sentir en los textos de Vagabunda de Luis Spota y Aura de Carlos Fuentes. Actualmente, escribe poesía y prosa, y trabaja para crear su primer poemario de aproximadamente 50 textos, del cual lleva la mitad.

Al estudiante de primer año de la Licenciatura de Médico Cirujano le gusta escribir poesía en periodos cortos cuando tiene tiempos libres entre actividades como el estudio. Aprovecha este formato para expresar de manera más laxa y libre. Le gusta ser figurativo y utilizar metáforas para crear imágenes; busca inspiración en cosas como paisajes, viajes, salidas cotidianas y momentos sencillos como contemplar la luna y las estrellas sentado en la banqueta.

En general, escribir prosa le resulta más fácil; le gusta empezar creando narrativas y personajes al azar para posteriormente incorporar asuntos y situaciones que vive o que son análogas a la vida de personas. Le gusta profundizar en temáticas dramáticas, se le facilita la comedia y la tragedia, y a menudo escribe de cosas burdas en cuentos cortos de no más de 15 cuartillas. En un reciente texto escribió sobre un personaje con un IQ altísimo, pero con grandes dificultades para enfrentar las situaciones cotidianas e interacciones sociales, lo que para Manuel representa una crítica al pedestal en que la sociedad pone a «la inteligencia».

Le gusta obtener estímulos de textos relacionados a la política, la filosofía y la religión, porque a través de ellos logra descifrar formas de acercarse a la gente a través de sus escritos. A pesar de disfrutar y comprender la complejidad del lenguaje mediante este tipo de textos, cuando escribe le gusta utilizar lenguaje sencillo porque en su opinión “el lenguaje sirve para expresar ideas complejas con simpleza”. Su objetivo, al final de cuentas, es ser comprendido y sentido, por lo que su labor como escritor es dar herramientas para que él y el lector lleguen a un punto de encuentro.

Diego C. Alverdi