Historias de Éxito #MujeresFacMed

Mi nombre es Karen Alejandra Moreno Vivar, decidí estudiar Medicina porque mi tío, hermano de mi mamá, es médico, y cuando tenía cinco o seis años, él me llevaba a las consultas. El ver cómo generaba un gran vínculo con sus pacientes, surgió en mí el deseo de ser médica.

Elegí la especialidad de Medicina Familiar porque abarca todo el entorno del paciente, tanto la parte familiar, emocional como afectiva, y considero que son aspectos que la mayoría de las veces afectan a las personas; además, me interesó cursarla en la Unidad de Medicina Familiar número 20 Vallejo porque es una de las mejores posicionadas para realizar esta especialidad, pues tiene muy buenos docentes, buenos campos de rotación y hay mucha posibilidad de aprendizaje. Hice mi Internado Médico ahí, entonces me parece que es una excelente Unidad.

Lo que me inspira a desarrollarme día con día en mi práctica médica es ayudar a los pacientes, ver cómo mejoran y nos agradecen de manera sincera, así como tener la oportunidad de tener un contacto más humano con ellos.

Mi profesión me ha enseñado a ser humilde y empática, pues entender las diferentes necesidades de las personas, entender que cada persona es un mundo, y saber valorar los padecimientos de manera individual, es lo más importante. Estoy convencida de que para ser médicas y médicos debemos tener deseos y vocación de ayudar al prójimo.

Lo que más disfruto de ejercer mi carrera es la conexión con la gente, platicar con ellos, me gusta saber cómo van evolucionando, y actualmente me encuentro trabajando en el Hospital Ángeles Metropolitano, en la Clínica de Diagnóstico y Fisiología Cardiovascular, ahí realizo diagnósticos integrales de los pacientes, les brindo un tratamiento inicial y en algunos casos los derivo, o estoy con ellos dándoles seguimiento. También estoy por terminar una Maestría en Administración Hospitalaria e incursioné en la investigación formando parte del Conacyt, en la rama de investigación farmacológica.

Uno de mis mayores logros es haber concluido la especialidad, pero también el poder participar en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad, pues tuve la oportunidad de ir a rotar a Colombia, y así poder conocer su sistema médico. Estuve allá el año pasado y eso me abrió las puertas y me cambió la visión, sobre todo de cómo desarrollarnos, porque ellos tienen un sistema médico familiar muy bien establecido.

El que ahora más mujeres incursionen en el ámbito médico, es algo muy favorable. Desde hace unos años las mujeres ocupamos la mayor cantidad de plazas en las escuelas de Medicina, y hemos demostrado que podemos desempeñarnos igual o mejor que algunos colegas, y se nos han dado muchas y mejores oportunidades laborales y de desarrollo.

Cuando me enfrento a un problema, trato de analizar la situación, veo cuáles son las posibilidades para resolverlo, cuál de los caminos es el más factible, y aunque no sea la manera más rápida, casi siempre intento resolverlo de la forma más eficiente, tratando de hacer un plan de acción y seguirlo, y previniendo riesgos o alguna otra barrera con la que me pudiera topar.

Mi mejor experiencia en el ámbito médico fue haber tenido la oportunidad de haber rotado en muchos hospitales tanto de primer y segundo nivel, donde conocí a buenos colegas y maestros, y me enfrenté a varios retos, los cuales logré resolver con el apoyo de mis compañeros.