Arenski Sugei Vázquez Lechuga se tituló con mención honorífica de la Licenciatura en Neurociencias (LNC) tras realizar su examen profesional, el pasado 1 de septiembre, en el Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM.

Ella defendió la tesis “Efecto de la inducción de potenciación a largo plazo sobre la memoria espacial por estimulación optogenética de las proyecciones catecolaminérgicas del Locus Coeruleus al hipocampo”, la cual fue revisada por la doctora Martha Escobar Rodríguez, de la Facultad de Psicología; el doctor Miguel Ángel Morales Mendoza, del IFC; el doctor Alonso Martínez Canabal, académico de la Facultad de Ciencias; la doctora María Isabel Miranda Saucedo, del Instituto de Neurobiología; así como por su asesor de tesis, el doctor  Federico Bermúdez Rattoni, investigador del IFC.

“Estoy muy contenta, ha sido mucho trabajo y esfuerzo, pero sin duda ha valido la pena, es bonito como neurocientífica y como mujer en la ciencia ver que, a pesar de ser un ambiente lleno de retos, siempre hay gente que está dispuesta a enseñarte, que valora tu trabajo, tiempo y esfuerzo, eso es muy valioso”, expresó la egresada.

Desde que cursaba el tercer semestre, Arenski mostró interés en desenvolverse en el área de la investigación, así fue como comenzó su proyecto que consistió en descubrir cuál es la relación directa entre reforzar las conexiones de las neuronas catecolaminérgicas con la memoria espacial, y para ello utilizó la técnica optogenética, la cual fue “una manera de propiciar el fortalecimiento de las conexiones neuronales de una forma no tan invasiva en ratones y ver si les es más fácil recuperar la memoria de algo que anteriormente habían aprendido y, para comprobarlo, utilizamos dos entrenamientos de memoria espacial: el laberinto acuático de Morris y el laberinto de Barnes”.

Así, resaltó que con su trabajo pudo llegar a tres conclusiones: “la primera es que sí se podía inducir potenciación a largo plazo estimulando las neuronas catecolaminérgicas, la segunda fue ver que los animales generalmente a los 10 días ya no son capaces de recuperar el trazo de memoria que aprendieron en los dos entrenamientos de memoria espacial, y la tercera fue demostrar que el fortalecer las conexiones de las neuronas catecolaminérgicas sí mejoraba la persistencia de la memoria espacial”.

Por otro lado, la ahora neurocientífica agradeció a la Facultad de Medicina “por ser mi segundo hogar, mi alma máter, por darme todas las herramientas; tuve la oportunidad de tener maestros increíbles y conocer investigadores muy importantes que tuvieron la puerta abierta para acercarnos”.

Actualmente, Arenski trabaja como asistente de investigación en la Escuela de Medicina Albert Einstein en Nueva York, por lo que sus planes son seguir creciendo y aprendiendo en esa área para posteriormente enseñarle a las generaciones futuras que busquen hacer trabajos de laboratorio.

Por su parte, el doctor David E. García Díaz, Coordinador de la LNC, dijo que “la Licenciatura florece con sus egresados, quienes, como Arenski, son jóvenes promisorios que ya ocupan un lugar destacado, en México o en el extranjero, y son el germen enriquecedor que ya trabaja en la búsqueda de soluciones ante los grandes retos actuales de las neurociencias, en beneficio del país y de la humanidad”.

Karen Hernández

*Fotografía cortesía de la LNC, FM, UNAM