El 25 de agosto, la Licenciatura en Ciencia Forense (LCF) de la Facultad de Medicina de la UNAM presentó las Guías de Valoración Judicial de la Prueba Pericial en materia de genética, toxicología, lofoscopía y análisis de voz a los distintos actores del Sistema de Justicia Penal, con el objetivo de propiciar el debate académico y científico desde diferentes puntos de vista, así como divulgar el conocimiento.

El Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO) fue sede de este evento, en el cual la doctora Zoraida García Castillo, Coordinadora de la LCF, indicó que “tuvimos la idea de que se crearan guías para que los jueces conozcan un poco más de lo que podemos ver en los dictámenes periciales, sepan cuando se hacen estudios en las distintas áreas de las Ciencias Forenses o qué tendrían que saber los jueces aparte de lo que se les diga en audiencia o de lo que puedan leer en el dictamen, por lo que ésta es una forma de acercarnos a las señoras y señores jueces para que conozcan desde un lenguaje jurídico y técnico, pero comprensible para ellos, estas herramientas de mejor comprensión de las Ciencias Forenses”.

La consejera Emma Aurora Campos Burgos, del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de la Ciudad de México, expresó que la comprensión de los alcances de las pruebas en materia de genética, toxicología, lofoscopía y análisis de voz tienen un significado trascendente en el proceso penal porque propician la elaboración de los dictámenes que los peritos agregan a las carpetas judiciales, “sobre todo en un esquema de fácil comprensión al evitar ambigüedades e interpretaciones para su valoración por parte del órgano jurisdiccional, por lo que estas guías son instrumentos de apoyo para que juezas y jueces tengan a su disposición mecanismos para la valoración judicial en el marco de la vinculación entre el Derecho Procesal Penal y las Ciencias Forenses”.

Por su parte, el doctor Felipe Edmundo Takajashi Medina, Director del INCIFO, mencionó que estas Guías desprenden cada especialidad dentro de las ciencias forenses, y eso permite orientar a las autoridades ministeriales y judiciales en los procesos de investigación e incluso en el proceso judicial, indispensable para la toma de decisiones, ya que indican los puntos técnicos que deben de atender para recolectar una muestra, su tratamiento en el laboratorio, y sugiere la forma de elaborar el documento final que requiere la autoridad, con el objetivo de que sea una herramienta útil, válida y de fácil entendimiento.

Fotografías cortesía de la LCF, FM, UNAM

En su oportunidad, la doctora Anahy Rodríguez González, académica de la LCF, habló de la estructura y metodología que utilizaron al realizar las Guías, siendo uno de los principales intereses el poder “ayudar a que las buenas prácticas en la peritación puedan hacerse una realidad en los diferentes sistemas periciales del país; por esa razón, el lenguaje que se empleó en las Guías trata de cubrir los aspectos técnicos para que tengan claridad y personas que no son expertas en la materia puedan comprenderlos y así lograr el objetivo de ayudar al ejercicio judicial, respetando siempre la libre valoración en la prueba que tienen las y los juzgadores”.

La Guía de Genética fue presentada por la doctora Alexa Villavicencio Queijeiro, académica de LCF, quien explicó que “la genética se ha considerado el estándar de oro, pues tiene muchas aplicaciones no sólo forenses, como el reconocimiento humano específicamente en pruebas de relación biológica de parentesco; apoya cuando se buscan coincidencias para vincular personas con indicios de los lugares de la investigación; sirve en aquellos casos donde se busca hacer identificación de personas sujetas a un procedimiento en casos de delitos sexuales; y especialmente para casos de identificación de personas desaparecidas”.

“En la Guía de Toxicología nos centramos en identificar y en algunos casos cuantificar una sustancia de interés forense en muestras de origen biológico, como lo son fluidos y tejidos en dos contextos: una persona viva a quien se le hace la prueba en un consultorio o una persona que ha perecido y, en ese caso, se realiza en los servicios médicos forenses donde le toman muestras dentro de los criterios mínimos de valoración de la prueba, considerando el contexto jurídico de que se cumplan todas las normas y procedimientos que están determinados en el Código Nacional de Procedimientos Penales”, indicó la doctora María Elena Bravo Gómez, académica de la LCF.

Asimismo, la doctora Fernanda López Escobedo, profesora de la LCF, habló de la Guía de Análisis de Voz y señaló que existen distintas pruebas que implican metodologías distintas para analizar voces: “En el libro podrán encontrar información para hacer una comparación forense de voz entre una grabación dubitada, como podría ser una llamada de extorsión o secuestro, y una indubitada que es aquella muestra de la voz de quien presuntamente cometió el delito, destacando que deben obtener las pruebas sin violación a las comunicaciones privadas de los sospechosos y la grabación debe contener producciones orales que puedan ser analizadas, es decir, que no presenten chasquidos, gritos o la relación señal-ruido no permita que sea audible”.

La maestra Chantal Loyzance, académica de la LCF, mencionó que en la Guía de Lofoscopía “una huella dactilar implica cualquier impresión que haya sido plasmada por crestas de fricción, es decir, de la piel gruesa que tenemos en las extremidades, y estas huellas nos van a servir para lograr una identificación en el caso de cuerpos sin vida cuya identidad desconocemos, donde utilizamos el método cualitativo, el cual se va a basar en las características morfológicas de hacer una comparación con un elemento del cortejo y, en caso de no contar con una muestra, se toma la impresión y se hace una búsqueda en una base de datos que proporciona candidatos con el mismo patrón dactilar”.

Así, el maestro José Juan Pérez Soto, Juez del Tribunal de Enjuiciamiento del Poder Judicial de la Ciudad de México, comentó sobre su experiencia en el primer enjuiciamiento en materia penal de juicios orales con el uso de aplicación de este tipo de Guías, las cuales “son una herramienta que se agradece que sean encaminadas directamente hacia los juzgadores, pero me parece que su mérito en la aplicación es mucho más amplio para todos los operadores del sistema de justicia, corporación y administración”.

Para concluir el evento, la doctora Lidia Mónica Benítez, Consejera de la Judicatura Federal, felicitó a las ponentes por su participación en la elaboración de este trabajo y mencionó que “estas Guías son el resultado tangible de una verdadera colaboración entre instituciones, pues desde febrero de 2020 han unido esfuerzos”.

Karen Hernández