Alan Eduardo Cortés Ordoñez, Iván de Jesús Rodríguez Zea, Gabriel González Marcano y Jorge Sebastián Aguirre Ocaña, estudiantes de la Licenciatura de Médico Cirujano, forman parte del equipo representativo de tocho bandera de la Facultad de Medicina que ganó la medalla de bronce en los Juegos Universitarios 2022.

Además de traer alegría y orgullo para la institución, este logro representa la despedida de los jugadores con mayor trayectoria, así como una nueva etapa para la plantilla que recién se integra a la familia Buitre. Los veteranos destacaron la disciplina y disposición de cada uno de sus compañeros novatos, quienes fueron mayoría en esta ocasión.

Como resultado de la sincronía entre experiencia y pasión, consiguieron avanzar hasta subirse al podio. Después de enfrentarse a la Facultad de Contaduría y Administración en los cuartos de final, pasaron a las semifinales donde jugaron contra la Facultad de Economía y el tercer puesto lo disputaron con la Facultad de Ingeniería.

“Jugamos contra equipos muy fuertes a los que pudimos darles batalla gracias al coacheo. Aunque nuestra meta era el oro, nos sentimos satisfechos porque lo entregamos todo”, aseguró Iván de Jesús (receptor, corner y safety).

A lo que Alan Eduardo (quarterback y capitán del equipo) añadió que “obtener el tercer lugar de 16 equipos que participaron fue algo maravilloso y se alcanzó mediante el trabajo en conjunto”.

Lo que me motivó a participar en estos Juegos Universitarios fue mi deseo por representar y poner en alto el nombre de la Facultad, así como demostrar que tenemos la capacidad de destacar en lo deportivo sin descuidar la parte académica”, resaltó Gabriel (corredor, receptor y centro).

Del mismo modo, superar sus propios límites y retirarse con orgullo dejando al equipo en buenas manos, fueron algunas de las principales razones que los impulsaron a competir.

La preparación fue tanto física como mental y consistió en un entrenamiento de dos veces por semana después de clases. Para Iván de Jesús “hubo varios retos como la asistencia, por diversos motivos académicos, y que era un equipo conformado en la mayoría por novatos, pero gracias a su esfuerzo y compañerismo progresaron visiblemente en poco tiempo”.

Aun con la pandemia buscamos la manera de seguir preparándonos. Uno de los mayores retos que tuvimos fue el tiempo por lo que la carrera nos demanda, sin embargo, hicimos lo posible por ser constantes”, comentó Gabriel.

“Cada quien tenía que organizarse, pero el apoyo mutuo en las materias fue algo que nos impulsó a poder cumplir. Buscábamos la forma de sustituir a quienes no podían jugar”, recordó Alan Eduardo.

El tocho bandera tiene un gran papel en la vida de cada uno y el amor por dicha disciplina es lo que los une, pues la conciben como un espacio seguro donde encuentran una nueva familia que se complementa en el campo.

En palabras de Jorge Sebastián (receptor y quarterback), las amistades que se construyen en el deporte llegan a ser duraderas y “se basan en la confianza que le tienes a quienes primero llamas compañeros y después amigos, hasta llegar a considerarlos hermanos”.

Esta victoria les generó diversas emociones, como alegría y satisfacción, según compartió el capitán del equipo: “Fue un logro muy grande, personalmente y como equipo para los entrenadores y jugadores. También espero que sea inspirador y que mis compañeros se sientan orgullosos porque lograron vencer los miedos que suele generar el campo”. 

Por su parte, Jorge Sebastián reconoció el valor de este tipo de actividades en el desarrollo personal: “Incluso hay lecciones de vida en el deporte, significa mucho pertenecer a este equipo y a la Facultad, lo considero un gran honor”.

Finalmente, dedicaron el bronce a sus familias y compañeros, así como a la Facultad y a aquellas personas que ya no los acompañan, pero fueron parte de sus historias.

Isabel García