A los 7 años, Ariadna Angélica Zarco Hernández, estudiante del segundo año de la Licenciatura en Fisioterapia, recuerda que su primer contacto con la música fue gracias a la Orquesta Típica Infantil «San Miguel Teotongo” (O.T.I.S.Mi.T.) de la Escuela Primaria «Uganda», ubicada en Iztapalapa, pues al ver todos los instrumentos que la integraban, empezó su pasión por la música, por lo que desde ese momento supo que quería incursionar en el ámbito musical, así que su primer instinto fue inscribirse y formar parte de ella.

“Aunque al principio mi principal interés era aprender a tocar el violín, el profesor me dijo que para facilitarme el aprendizaje tenía que empezar con la mandolina y, después de dos años de estar tocando este instrumento, a los 9 años de edad empecé a tocar el violín”, recordó.

Además del violín, Ariadna sabe tocar la mandolina, el charango, la guitarra y algunas percusiones, ya que su interés y entusiasmo por la música la llevó a aprender a tocar distintos instrumentos, y gracias a esto formó parte de varias agrupaciones que interpretaban desde música típica mexicana hasta folklor sudamericano.

Su mayor inspiración han sido sus padres, ya que siempre la han apoyado en todos sus proyectos, pues siempre se han sentido orgullosos de ella y están muy felices de ver todo lo que ha logrado hasta el momento. Por ello, pertenecer a la Facultad de Medicina de la UNAM la llena de orgullo, pues representa un gran esfuerzo ser parte de ella.

 Su principal motivación para estudiar Fisioterapia la encontró cuando tuvo contacto con personas con discapacidad y de la tercera edad en la iglesia, pues se dio cuenta que le gusta mucho ayudar a la gente, y que gracias a la Fisioterapia podía mejorar su calidad de vida.

 Al terminar la carrera, Ariadna planea estudiar una especialidad que le permita realizar proyectos que le ayuden a unir su pasión por la música y la Fisioterapia, pues desea tener una carrera dentro del ambiente musical.

Vicky Enrimar