Historias de Éxito #MujeresFacMed

Mi nombre es Yolanda López Vidal y desde joven me di cuenta que la investigación era mi pasión; cuestionarme acerca de todo lo que me rodea, me motiva día a día a continuar aprendiendo y compartir el conocimiento adquirido. Esta fue una de las razones por las que decidí estudiar Ciencias Médicas, un área aún llena de interrogantes. No sólo es aproximarse al proceso de salud y enfermedad, estudiando una parte de nuestro organismo, sino también conlleva retos que resolver para llegar a un diagnóstico certero de un padecimiento; es algo que disfruto.

Considero que he tenido algunos logros a lo largo de mi trayectoria: he realizado investigaciones importantes y que han aportado a la sociedad sobre temas como la actividad de las fluoroquinolonas en aislamientos clínicos de Streptococcus pneumoniae con diferente susceptibilidad a la penicilina; los primeros dos genomas secuenciados de Helicobacter pylori en México; la caracterización genómica de la vacuna BCG-México; la patogénesis ocasionada por H. pylori; la úlcera péptica y los paradigmas científicos alrededor de su ecología; el diseño de una vacuna de uso nasal que estimula la respuesta de mucosas; y, en general, trabajar con entusiasmo y compromiso, con la satisfacción de comprender mejor las enfermedades infecciosas.

Asimismo, durante la pandemia de COVID-19 impulsé la creación de la Clínica de Diagnóstico para Coronavirus, que sigue en funcionamiento, con el compromiso de médicos y enfermeros pasantes; nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo indiscutible de los doctores Enrique Graue Wiechers, Rector de la UNAM; Samuel Ponce de León, Coordinador del PUIREE; y Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina de la UNAM.

También, me hace sentir orgullosa el haber sido galardonada con el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz en 2019. Es algo que no buscaba, fueron mis colegas, amigos y compañeros quienes me impulsaron a postularme, y lo gané. Fue un momento muy grato y conmovedor porque no sólo estaba siendo reconocida la trayectoria de mi trabajo, sino la de un número cada vez mayor de mujeres que, afortunadamente, demuestran que el quehacer universitario y la investigación son una oportunidad de vida y una forma valiosa de contribuir a la sociedad.

Hace más de 30 años inauguré el Programa de Inmunología Molecular Microbiana del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad, mismo que encabezo y me ha permitido formar a un sin número de estudiantes de todos los niveles, siempre procurando resolver preguntas aplicadas y satisfacer las necesidades más imperiosas, desde mi disciplina que es la Inmunología. Hoy celebro haber sido nombrada recientemente Investigadora Nacional Emérita del SNI del Conacyt; un honor, que no hace más que reafirmarme en la convicción de que el compromiso que todos tenemos con la sociedad inicia dentro de una misma, se extiende hacia otros, como la Universidad, y transforma.

Tengo claro que las nuevas generaciones de científicas, como yo en su momento, son determinadas, capaces y comprometidas, lo que me da mucha alegría. Vislumbrando el futuro, es cada vez más importante continuar haciendo caminos para jóvenes investigadoras dispuestas a lograr una vida científica.

El consejo que le daría a todas las mujeres que desean desempeñarse como investigadoras es que no duden, este camino es para nosotras, hemos logrado reconocimiento y éxito producto de nuestra formación, esfuerzo, constancia y dedicación, que las mujeres siempre somos muy capaces de todo, siempre y cuando estemos decididas, sea algo que nos apasiona y tengamos todo el deseo por hacerlo; a mí el género nunca me detuvo, nunca me sentí diferente a los varones, siempre di la batalla y jamás me hice atrás por dejarlos pasar, si yo pude, ustedes también e, incluso, pueden llegar más lejos.