El avance tecnológico ha permitido que todas las personas tengan acceso a grandes cantidades de datos e información de forma inmediata a través de medios digitales y redes sociales, y esto también ha condicionado el aumento exponencial de noticias falsas durante el siglo XXI.
Con el propósito de brindar las herramientas necesarias para distinguir entre información verídica y noticias falsas, así como prevenir que usuarios de internet caigan en estos engaños y evitar que continúen difundiéndose, se impartió el tema “Las noticias falsas: ¿Cómo identificarlas y no caer en el engaño?” como parte del Sexto Ciclo de Cursos Virtuales: Aprende el acceso y uso de la información con el Sistema Bibliotecario.
Durante la transmisión por YouTube y Facebook Live, la maestra Mercedes Cabello, Coordinadora de la Biblioteca “Dr. Valentín Gómez Farías” de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que en 2017 apareció el término de fake news o noticia falsa, y se definió como “información falsa, a menudo sensacional, difundida bajo el disfraz de noticias” de acuerdo con el Diccionario Collins, agregando que también se considera un “mensaje informativo deliberadamente falso, creado y difundido con el objetivo de engañar”.
A su vez, refirió que han surgido nuevos términos como la desinformación, que contempla todas las formas de información falsa, inexacta o engañosa que fue diseñada, presentada y promovida para causar daño público o con fines políticos, de fama o económicos.
“Se tiene el dato de que la primera noticia falsa de la historia contemporánea se publicó en el periódico impreso The Sun el 25 de agosto de 1835, y se tituló ‘La gran mentira de la Luna’ con la intención de calumniar los avances científicos más importantes de esa época”, señaló la ponente, añadiendo que la información se desmintió en un tiempo posterior a 6 meses.
La única diferencia entre la difusión y la gravedad de la información de épocas pasadas y los últimos años, es que “actualmente, estas noticias se viralizan de manera inmediata e influyen en el estado de ánimo social, en la toma de decisiones, en actitudes y comportamientos, además de que provocan sesgos cognitivos”, comentó la maestra Cabello.
De igual manera, refirió que buscan generar una respuesta emocional e impulsiva que anule el juicio crítico, advirtiendo que “todas y todos podemos ser víctimas y caer en los engaños de esta información, así que es muy importante verificar el contenido que consumimos y con qué objetivo lo hacemos”.
La desinformación y la mala información se clasifican según la finalidad con la que se crearon, y los 7 tipos de ésta son la sátira o parodia para hacer reír, el contenido engañoso, el contenido impostor que sustituye elementos que parecen originales u oficiales, los contenido fabricados, las conexiones falsas, al igual que los contextos falsos y el contexto manipulado.
En la sesión moderada por la licenciada Virginia Reyes Leal, académica del Sistema Bibliotecario, se mostraron los aspectos que se deben tomar en cuenta para reconocer las noticias falsas y frenar la propagación de este material, como son: el encabezado o titular, el autor, la fuente de información y el medio de difusión, la exclusividad, el formato, la fecha de publicación, la redacción del escrito, las imágenes y videos que presenta, la seguridad de los links y enlaces, y sobre todo los hechos que describe.
Finalmente, la maestra Cabello compartió algunos ejemplos de sitios web que reúnen noticias falsas; y sugirió que para combatir este tipo de prácticas se debe comprobar la veracidad de cualquier información antes de reenviarla, recalcando que es necesario tomar la responsabilidad de los mensajes y publicaciones que se realicen.
L. Ixchel Díaz