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Tanto la danza como la Medicina se fusionan en la vida de Luis Ángel Bravo Pérez, estudiante de sexto semestre de la Licenciatura de Médico Cirujano de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien desafía los convencionalismos al combinar su profundo compromiso con la ciencia con una pasión desbordante por el arte del baile.

“Lo que me inspiró a bailar fueron los XV años de mi hermana, y ella me eligió como chambelán. Nunca había tenido un acercamiento al baile, aunque ya sabía que me gustaba porque, desde pequeño, bailaba mucho con mi mamá. Entonces, a los 11 años, decidí inscribirme en una pequeña escuela de baile cerca de mi casa, comenzando por el ballet, luego contemporáneo, y después jazz”, recordó Luis Ángel al señalar que en la secundaria se unió a un ballet folklórico durante tres años, y paralelamente decidió explorar nuevos estilos como reggaetónhip hop y el heels dance, que es el baile en tacones.

Su deseo de bailar sobre tacones se inspiró en Yanis Marshall, un profesor de baile francés que encontró por azar en YouTube. Cuando lo vio, quedó enamorado de su estilo y pensó: “Algún día quiero ser como él”; de inmediato se lo comentó a su mamá, ella le prestó sus tacones y comenzó a jugar con ellos un rato. Fue entonces cuando supo que quería hacer eso de manera más profesional.

Asimismo, Luis Ángel comentó que desde la preparatoria comenzó a involucrarse en diferentes medios, tanto en las redes sociales como en la televisión. Nunca había competido, simplemente hacía audiciones para trabajar con artistas. Sin embargo, hace dos años se interesó por integrarse a un grupo de salsa y bachata donde se organizan concursos con gran frecuencia, por lo que participó en 9 competencias nacionales de bachata, y ganó un 1er lugar en un campeonato mundial de dicho género musical.

Por otro lado, expresó que “desde que tenía 6 años sabía que quería estudiar Medicina porque mi mamá siempre fue muy enfermiza y quería encontrar la forma de curarla. En ese sentido, he encontrado que muchas personas que practican la danza a un nivel similar al mío son muy sanas y activas, por lo que en relación con mi carrera, veo el baile como una forma de vida saludable”.

La influencia del baile en su formación y desempeño en la Medicina ha sido considerable, pues ambas disciplinas requieren una gran dedicación. Por un lado, la danza le ha enseñado constancia, haciéndole comprender la importancia de mantenerse enfocado en sus objetivos; mientras que la Medicina le ha inculcado un profundo sentido de responsabilidad.

A corto plazo en la Medicina, el objetivo de Luis Ángel es cumplir con todos los desafíos que se vienen, como el Internado y el Servicio Social, quiere mejorar su rendimiento académico y ser alguien con un alto desempeño. En cuanto a la danza, también desea seguir mejorando y explorar nuevas técnicas y estilos.

“El consejo más importante que puedo ofrecer a quienes quieren seguir una carrera en Medicina y al mismo tiempo perseguir una pasión artística es que no se den por vencidos. Tanto la danza como la Medicina enseñan que las cosas no llegan por sí solas, será un camino difícil, pero la constancia es la clave”, puntualizó Luis Ángel.

Karen Hernández