Con el objetivo de visibilizar la importancia de las relaciones sociales en las personas y su impacto en los sistemas de motivación, recompensa y defensa, que posteriormente influirán en sus patrones de conducta, en el marco de la 9ª Feria del Libro de Ciencias de la Salud se realizó la conferencia “En la adicción a sustancias ¿Qué tiene que ver el amor?”, impartida por el doctor Óscar Prospéro García, académico e investigador del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Durante su intervención, el doctor Prospéro García comentó que el sistema de motivación y recompensa es una parte del sistema nervioso central que nos hace proclives a repetir conductas que nos gustaron en el pasado, conduciendo nuestro comportamiento hacia estímulos placenteros, algunos de ellos son la comida, el sexo, o las drogas, sin embargo, estas últimas lo activan constantemente y al utilizarse con frecuencia, generan tolerancia, es decir, ya no producen el mismo efecto con la misma cantidad, por lo que necesitan más para lograr el efecto deseado.
“La compañía, los amigos, la familia, están para apoyarnos, activarnos y hacer que nuestro cerebro funcione de una manera adaptativa, el sistema de recompensa se ve fortalecido con el apoyo social, entre más nos quieran nuestros amigos y familia, mejor estaremos”.
Por otro lado, el sistema de defensa nos produce miedo y ansiedad, cuando se activa nos protege o cuida de los estímulos que tengamos en frente; se ha visto que en niños que crecen en entornos negligentes, con la presencia de abuso verbal, físico o sexual, desarrollan un menor autocontrol y niveles más elevados de miedo y ansiedad, y estos cambios en el cerebro los vuelven vulnerables al consumo de drogas.
El doctor Prospéro García concluyó que el cerebro es eminentemente social y plástico, sus conexiones y expresión de receptores cambian con la experiencia, la vivencia y las amistades. En sí, una persona se siente querida o aceptada y en caso contrario generará un aislamiento social, que llevará a la soledad, vulnerabilidad, ansiedad, trastornos del dormir y consumo de sustancias nocivas: “La fortaleza de una persona no reside en sus músculos o en su inteligencia, sino en sus amigos”.
Tomás Ortega