El doctor Ricardo Murguía Fuentes, egresado de la Facultad de Medicina y colaborador del Departamento de Fisiología, concluyó con éxito un programa de fellowship en Neurología Vascular en la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY Downstate). Para el especialista, esta experiencia representó una oportunidad crucial de crecimiento profesional y de proyección internacional de la calidad médica mexicana.
“He visto en la oportunidad de formarme en el extranjero no sólo la adquisición de una perspectiva diferente, sino la posibilidad de compartir al mundo el nivel que tenemos los mexicanos. Como graduado de la UNAM, siempre he considerado tan grande el honor como la responsabilidad de llevar el título de la Máxima Casa de Estudios del país. Hoy en día sigo dando mi mejor esfuerzo para mantenerme a la altura de la expectativa”.
Sobre el campo de su especialización, explicó: “La neurología vascular mayormente se enfoca en la enfermedad vascular cerebral (EVC), comúnmente llamada infarto o derrame cerebral. Dependiendo la fuente que se lea, esta enfermedad puede llegar a representar la segunda causa de muerte en el mundo, y los mexicanos tenemos un riesgo significativo a padecerla. Antes representaba una enfermedad de pronóstico devastador, pero los avances de la ciencia hoy en día dan mejores opciones de manejo. Deseo contribuir a su reducción y estudio”. Sobre la elección de su sede formativa, añadió: “Escogí Nueva York por su enorme diversidad étnica y cultural para ver las distintas facetas de esta enfermedad en esos grupos y tener un entendimiento global de la misma”.


Durante su estancia, el doctor Murguía fue honrado con el Premio a la Abogacía y Defensoría de los Residentes que otorga anualmente la SUNY Downstate. Al respecto, detalló: “Durante mi entrenamiento de alta especialidad o fellowship, que es una transición final entre la etapa de residente y adscrito al servicio, se caracterizó por una química extraordinaria con los residentes de dicha institución. Al ser mi labor más de liderazgo sólo por debajo del adscrito en cargo, promoví la independencia monitoreada en las decisiones de residentes al manejo de paciente, defensa a sus planes de trabajo ante otros servicios y mentoría personalizada para ayudarlos a ellos a alcanzar altas especialidades de su campo de interés durante ese año”.
Reflexionando sobre la lección más valiosa de su experiencia, comentó: “La aptitud más valiosa que aprendí a lo largo de ese año fue un liderazgo firme pero conciliador, de entender que todos representamos piezas del rompecabezas de la excelencia en el cuidado de la salud, y que este siempre está incompleto cuando no sabemos integrar sus partes. Trabajar con gente de orígenes y creencias tan distintas abrió mis ojos a buscar lo que sí tenemos en común para trabajar juntos por una meta”.
Sobre sus planes al regresar a México, expresó: “Tengo un fuerte compromiso con la población mexicana y la mejora en la educación médica en toda la extensión desde hace muchos años. En estos momentos al recién graduarme sigo evaluando opciones y buscando la mejor alternativa entre las oportunidades para establecer una mancuerna de cooperación. Deseo conocer a los especialistas de mi localidad en enfermedad vascular para estudiar mejoras en el manejo del infarto cerebral, tiempos de traslado al hospital y concientización de la población respecto al tema (hay personas que pueden decidir tomar una siesta al inicio de sus síntomas antes de buscar auxilio médico)”.
Finalmente, el doctor Murguía envió un mensaje a la comunidad universitaria: “Deseo extender un saludo a toda la comunidad académica de la UNAM, a aquellos que han sido mis estudiantes, veo con orgullo a la distancia lo que han logrado; mi agradecimiento a mis maestros y la Universidad que me han permitido soñar tan alto. Mi historia no es más que un recordatorio a las nuevas generaciones, hoy estudiantes, que son parte de una larga y gran dinastía de guerreros de la salud con el potencial de cambiar vidas y perseguir sus sueños”.
Miguel Garduño y Lili Wences


