“El síndrome de desgaste por compasión es un estado de agotamiento físico, emocional y psicológico, que se produce como resultado de la exposición prolongada y repetida al estrés de cuidar o ayudar a otros que están sufriendo o experimentan un trauma”, definió la doctorante Azucena Marlene Morales Castañeda.

Durante la sesión del Seminario de Actualización en Salud Mental, organizada por la doctora Ingrid Vargas, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM), el pasado 5 de septiembre y transmitida por YouTube https://acortar.link/msRXgY, se realizó la actividad “Síndrome de desgaste por compasión: una mirada al que acompaña”, moderado por la doctora Olga Robelo Zarza, responsable del área de Comunicación en Salud Mental del DPSM, con el objetivo de establecer un espacio de análisis crítico y diálogo científico entre profesionales sanitarios, académicos e investigadores sobre temas de actualidad en el campo de la salud mental con aplicación directa en las tareas docentes, asistenciales y de investigación.

La doctora Robelo Zarza explicó que “este síndrome no es una debilidad, sino una respuesta natural y humana al estrés emocional que conlleva a estar expuesto y expuesta al sufrimiento de otras y otros. Reconocerlo no es un lujo, es una necesidad, es la clave para mantener nuestra propia salud mental y, por ende, la calidad de la atención que ofrecemos”.
Por otra parte, la doctorante Morales Castañeda destacó que a quienes afecta principalmente el síndrome de desgaste por compasión es a cualquier persona en roles de ayuda y cuidado, personal sanitario como médicos y enfermeras, profesionales de la salud mental, cuerpos de seguridad y emergencia y cuidadores informales como familiares que cuidan de personas enfermas o dependientes.

A su vez, compartió que un estudio en enfermería destacó que “es un fenómeno psicológico y emocional que surge de la exposición prolongada al sufrimiento, trauma o dolor de los pacientes, especialmente en contextos de alta demanda como cuidados críticos, emergencias, oncología y cuidados paliativos”. También, mencionó que este síndrome incluye dos vertientes muy importantes, la primera va a ser el burnout, el cual está relacionado con el agotamiento emocional, la despersonalización y la reducida realización personal. Y la segunda es el estrés postraumático secundario, el cual tiene síntomas similares al trastorno de estrés postraumático como intrusión, evitación e hiperactividad.
Algunos factores de riesgo para desarrollar este síndrome son el poco apoyo de los compañeros de equipo de trabajo, escasez de tiempo y de habilidades para el cuidado de los pacientes, excesiva involucración emocional, padecer depresión o tener tendencia a ello, pérdida de sueño por la situación de los pacientes, deficiente autocuidado e inadecuadas condiciones laborales. Los síntomas que se pueden presentar son: fatiga crónica, insomnio, problemas gastrointestinales, cambios de apetito, susceptibilidad a enfermedades, agotamiento emocional, irritabilidad, ansiedad, tristeza, enfado, sentimientos de impotencia o desesperanza.

Finalmente, la doctorante Morales Castañeda, mencionó que la meditación es una opción alternativa para mejorar el estrés, la ansiedad y evitar caer en el síndrome de desgaste por compasión, asimismo enfatizó que “el abordaje debe ser integral, trabajando en tres niveles: organizacional, interpersonal e individual”.
Matzayani Panfilo


